analíticas

lunes, 19 de noviembre de 2018

Sketch de El Espíritu del Escorpión, por Pablo Caballo

Dando la última vuelta por el Salón del Cómic de Getxo pasé junto al stand de Panini Cómics. Creo que era ese, ahora mismo no lo tengo claro al cien por cien. La cuestión es que tenían expuesto un ejemplar de El arte de Bernet. Recordé que hacía un par de años lo tuvieron a la venta firmado con sketch. Pregunté al encargado si el autor les había dejado alguno dedicado y me contestó negativamente. Tampoco es que tuviera intención de comprarlo. Ya lo adquirí en 2016. Pero de pronto recordé que el día anterior había visto en ese mismo stand firmando a Pablo Caballo. Es de esos momentos que notas que dentro de ti se ha encendido una bombilla. Rápidamente pregunté si el artista había dejado alguno en el stand. La respuesta fue afirmativa. Le quedaban dos. Me quedé con las ganas de comprarle uno el día anterior dado que andaba justo de tiempo. Esta era mi oportunidad. Saqué mi tarjeta y me llevé este ejemplar con ese rostro aterrador dibujado. Por cierto, el segundo libro se lo reservé a un colega de Getxo.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Sketch de Encuentros Cercanos, por Anabel Colazo

Regresé a la carpa del Salón del Cómic de Getxo para dar una última vuelta. En el stand de La Cúpula me encontré a Anabel Colazo. En ese preciso momento estaba tranquila. No tenía a nadie. Un día antes había coincidido con ella firmando junto a David Rubín. Decidí hacerme con su cómic Encuentros Cercanos para que me lo dedicara. Ella se puso a dibujar y en cuestión de minutos me lo llevé con un bonito sketch. Por cierto, me llamó la atención la letra tan bonita que tiene a la hora de firmar los cómics. Tocaba ir despidiéndose de Getxo. Aunque todavía iba a conseguir algo más.


sábado, 17 de noviembre de 2018

Sketch de Robin, por Marcos Martín

Una vez conseguido mi sketch de Iñaki Holgado había cubierto todos mis objetivos del Domingo. Como veis no eran muchos. Pero había programada una nueva sesión de firmas de Marcos Martín. Yo había ido pronto a la Kultur Etxea para conseguir un buen turno. Lo adelanté en el anterior post; pero no conté todo. Cuando salió el chico encargado de repartirlos preguntó si había alguien allí de los damnificados por la promesa incumplida por la Organización y que todavía no hubiera conseguido dibujo. La intención era darles los primeros puestos. Lo cierto es que no había ninguno y en mi caso ya había conseguido un sketch en la segunda sesión de firmas. Al final, logré, creo recordar, la tercera posición. Tras hacer algo de tiempo, regresé para ocupar mi sitio. Llegó el autor y se sentó en la mesa para comenzar las dedicatorias. Me pareció escucharle que le decía al que tenía delante que ya había estado ayer. Tras él llegó mi turno. A ti también te conozco de ayer, me dijo. Yo le reconocí que sí. Francamente me sorprendió bastante el reproche. En todos los salones que he estado solemos estar los mismos prácticamente en todas las colas y lo de repetir autor es, sinceramente, algo tan normal y habitual como que llueva en Bilbao. De hecho si echaba la vista atrás el noventa por ciento de las caras era conocida. De todos modos, respeto el enfado del artista. Es entendible. Lo habitual no es siempre lo correcto. De haberlo sabido antes no hubiera madrugado para acudir a esa sesión de firmas. Por si fuera poco, le entregué un ejemplar de Robin Año Uno. Nada más cogerlo, Marcos me dijo que este se lo tenía que haber pasado a Javier Pulido. Yo no entendía nada. Pensé incluso que me había equivocado de cómic; pero recordé que su nombre aparece en los créditos del mismo. Hice dos páginas, me contestó. Yo tuve la tentación entonces de meterme debajo de la mesa y no salir en todo el Domingo. En mi edición del Robin Año Uno no se aclaraba lo realizado por cada uno de los autores y yo siempre había pensado que cada uno de ellos habría completado la mitad del cómic. Normal. Así que me resultaba imposible distinguir donde acababa uno y empezaba el otro. Qué estúpido no haber traído los cómics de Marcos de Spider-man que dejé en casa. A pesar de todo, me dedicó el cómic con un bonito Robin. Salí de la fila con un sabor superamargo. Me consta además que posteriormente el artista se quejó a la Organización por el tema de la repetición en las colas. Y parece que se van a tomar cartas en el asunto para el año que viene. Getxo me da la impresión de que sería pionera en ello. Y no me parece mal. Aunque antes creo que debería meterse mano a la gente que le pide al artista dos o tres dibujos en el mismo turno. Eso se da en cada sesión de firmas y pocas veces se le pone freno. Es más yo denuncié esto en una ocasión en este Salón y lo que me llevé es un rapapolvo de Laureano de Astiberri. No lo entiendo. Menos, cuando minutos antes había anunciado un dibujo por persona. Por cierto, que en mi defensa diré que es cierto que yo conseguí dos sketches de Marcos; pero uno de ellos lo logré en un stand totalmente ajeno a la Organización. También diré que si hubiera conocido antes la incomodidad del artista me hubiera ahorrado la cola. En cualquier caso, mis disculpas para Marcos.


Sketch de Verdún, por Iñaki G. Holgado

Y llegamos al Domingo. Ese día mi máximo interés era conseguir la dedicatoria de Iñaki Holgado en mi tomo de Verdún. Con todo madrugué un poco para tener buena posición en la segunda sesión de firmas oficial de Marcos Martín. Tras coger mi ticket. Un estupendo número tres, creo recordar, me marché a la carpa del Salón del Cómic. Tenía cerca de una hora para explorar. Lo primero que hice es acercarme al stand de Xabiroi. Tal y como estaba previsto allí estaba Iñaki. Rápidamente me dirigí hasta allí y le pasé mi ejemplar del segundo volumen de Verdún. El autor, tan amable como siempre, me dedicó un bonito sketch de la protagonista de la historia. A partir de ahí, la mañana se presentaba muy tranquila.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Inktober de Trinity, por Xcar Malavida

Llamé a mi mujer para que viniera a recogerme a Getxo. Mientras esperaba a que llegase decidí dar otra vuelta por la carpa. Cuando pasé por el stand de Malavida me acerqué para comprobar si seguían a la venta los fantásticos inktobers de años pasados de Xcar Malavida. En concreto había visto una Trinity y una Sarah Connor espectaculares. Me puse a ojear la carpeta y continuaban allí. Francamente me sorprendió bastante que nadie se animara a comprarlos así que decidí dar hogar a uno de ellos. El primero que había llamado mi atención, la Trinity de Matrix. Sin duda alguna este Salón del Cómic ha tenido un nombre para mí, Xcar Malavida. Todo un descubrimiento.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Sketch de Batman, por Álvaro Martínez

Cuando terminó de firmar David Rubín observé que la organización volvía a preparar las mesas para la siguiente sesión de firmas. Era el turno de Paco Alcazar, Álvaro Martínez y Dario Adanti. No lo comenté en los anteriores posts pero en el stand de Joker, junto a Marcos Martín y Javier Rodríguez también estuvo firmando Álvaro Martínez. De hecho, él hubiera sido mi objetivo en el caso de haberse mantenido las colas de la mañana. Todavía podía conseguirlo. También aprovecho para comentar que, lamentablemente para mí, Javier Rodríguez no tenía ya ninguna obligación más con la organización con lo que ya no tendría ninguna oportunidad de conseguir un sketch suyo. Ni tan siquiera llegué a estar en alguna de sus colas en sus tres sesiones de firmas. Una lástima. Pero, como dije, no siempre se consigue todo lo que buscamos. Hay que asumirlo con deportividad y seguir para adelante. La cuestión es que no tenía ni idea de que Álvaro iba a estar ahí y me llevé una gran alegría. Cogí mi ticket y esperé. Debo decir que el artista traía sus propias hojas y realizó unos sketches magníficos. Una vez más me pasó que bajó ligeramente el ritmo con el mío. Según llegué donde él me dijo que me iba a dibujar un Batman, si no me importaba, dado que era un personaje que controlaba bien y por hacerlo lo más deprisa posible. Por supuesto accedí. Realmente no tenía claro qué pedirle. Aunque en mi balanza destacaba sobre todo por el Caballero Oscuro. Es mi segundo sketch de Álvaro y todavía no tenía a Batman. Me pareció perfecto. Fue un placer ver como tomaba forma el dibujo. Y el resultado final es fenomenal. Un Batman realmente chulo. El día lo daba por terminado. Pero todavía me quedaba una bala por gastar.

martes, 13 de noviembre de 2018

Sketch de Sherlock Frankenstein, por David Rubín

















Confieso que yo pensaba que para mí ya había terminado el día en el Salón del Cómic de Getxo. Sin embargo, estaba muy equivocado. me deparaba todavía un par de agradables sorpresas. Tras lograr mi sufrido sketch de Marcos Martín, conseguido tras aguantar dos largas colas de dos sesiones de firmas, me dirigí a la Kultur Etxea de Romo. Sabía que allí estaba David Rubín. Fui con pocas expectativas. Para entonces su sesión de firmas ya estaría prácticamente terminada. Cuando llegué a la sala me lo encontré en plena faena con un par de personas esperando. De hecho estaba completando un sketch del Caballero Luna increíble. Al principio cuesta verlo. Parece más un manchurrón pero al fijarte bien empiezas a descubrir la capucha y máscara del desequilibrado personaje. Pregunté si podía colocarme en la cola y desde la organización tras meditarlo un poco decidieron dejarme pasar. No solo a mí. También a otro chico que iba detrás. De hecho fuimos los dos últimos. Comprobé que David estaba para esa hora algo desatado. Completando los sketches con enorme rapidez. Aunque incluso así sus dedicatorias suelen valer mucho la pena. Tras esperar muy poquito le entregué mi ejemplar de Sherlock Frankenstein. En cuestión de treinta segundos el artista había completado mi dedicatoria con la imagen del villano protagonista. Tanto es así que el propio David me comentó al devolverme el cómic que no haría falta que lo pusiera a cámara rápida. Razón no le falta. A pesar de ello, el sketch está muy bien. Refleja toda la esencia y energía que pone el autor gallego en cada sesión de firmas. Algo que se agradece.