Tras las disquisiciones del último blog, continuamos con el mismo. Porque esto no ha acabado. Mi intención es seguir con la misma filosofía. Lo que cambia es el hecho de cerrar una importante puerta que me surtía de muchos vídeos. Pero es lo que hay y pienso que hago lo que correcto. Vamos con lo de hoy...Esta es una pieza muy especial. Sin duda, no destacará por su calidad gráfica; pero tiene una evidente carga sentimental. Resulta que a finales del año pasado, el autor Belatz se pasó por una escuela de Pamplona para dar una pequeña clase sobre dibujo a los peques. Durante la misma, llenó varias hojas de garabatos. Del estilo que veis aquí. Yo cuando mi sobrina me contó que venía el artista a su clase le dije que tenía mucha suerte y que yo no había estado nunca con él. La cuestión es que el dibujante, o el profesor/a, tras la charla realizó un sorteo de las hojas que él había utilizado. Mi sobrina ganó una de ellas. En Navidades, con motivo de las reuniones familiares de esas fechas, me dijo que tenía algo para mi. Como os imaginaréis, la sorpresa fue mayúscula cuando me enseñó la hoja, una A3. Nada más ganar el premio, le dijo a su madre que se la guardara para regalármela. Si es que es un cielo. Ahora, por supuesto, forma parte de mi colección y siempre ocupará un espacio especial en la misma. En ella, entiendo yo, se muestran dibujos con los que el artista enseñaba a los niños como representar los olores, el viento, el sonido o la humedad. También como se dibuja un árbol. Genial.
