De David López había rescatado del trastero el primer número de Salvation Run. Llegado mi turno se lo pasé y me lo firmó. Cuando me preguntó qué personaje quería se me ocurrió la gran idea de seguir la línea del cómic y pedirle un Captain Cold. La verdad es que, para mi sorpresa, le encantó la idea. Comenzó a dibujar y en dos minutos prácticamente me completó un estupendo sketch del personaje. Lo cierto es que David se portó de diez durante todo el Salón del Cómic de Getxo. En general, así lo hicieron casi todos los autores invitados. Un certamen que me dejó un sabor de boca magnífico. Pese a algún pequeño error en la entrega de turnos de las sesiones de firmas y aunque continúa sin contar con algún invitado internacional del máximo nivel consigue hacer olvidar esa carencia a base de talento patrio, que para algo hay mucho. En definitiva, un ocho y medio para esta evento de cómic. El Año que viene, ojalá, más.
Mi siguiente objetivo era Álvaro Martínez Bueno del que había comprado en la carpa el segundo número de la Liga de la Justicia Oscura. Antes, los artistas decidieron mover sus mesas de sitio en busca de un lugar algo más recogido. El lugar donde les habían colocado era frente a la puerta de entrada y hacía algo de rasca. Después de situarse, esperé mi turno. Tras unos minutos llegó mi vez para Álvaro. Una vez más me preguntó qué personaje deseaba. Yo le di libertad. El que quisiera. Creo recordar que sí le puse una condición. Que no fuera Batman. El autor pensó unos segundos y comenzó a dibujar. Eligió una Batwoman. Carácter del que ya tenía un sketch suyo; pero es tan chulo que no importa. Confieso que nunca he sido un gran admirador del detective murciélago de ahí que no suela pedirlo. El resultado, como es habitual, fantástico.
Y llegamos al último día del Salón del Cómic de Getxo. Un evento que había ido hasta ese momento como la seda. Lo único que había que lamentar era la partida prematura de un autor destacado y algún retraso en la sesión de firmas. Problemas habituales de estos certámenes. Lo cierto es que el Domingo se dio el mayor problema de organización. Aunque afortunadamente no tuvo mayores consecuencias. Os cuento. La primera sesión de firmas la protagonizaban David López, David Lafuente, Álvaro Martínez y Pepe Larraz. Como podéis observar una cita potente. La gente ya estaba fuera del edificio esperando el reparto de números cuando sale una joven con los papelitos. Nada más comenzar a repartirlos detectamos que no le habían explicado nada. Rápidamente, los habituales le decimos que tiene que dar el número de un solo autor por persona. De forma que no se pudiera recoger el de otro artista hasta haber conseguido la firma del primero. De esta forma se logra que todo el mundo salga de allí al menos con una firma. La joven pareció entender la mecánica y cogí mi papel para David Lafuente, quien era el autor que me faltaba de los tres. Dado que la cosa estaba bastante tranquila decidí marcharme a la carpa a comprar algún otro cómic de los presentes. Tras conseguir el tebeo que buscaba regresé a la zona oficial de firmas. Nada más llegar nos comentan que la chica se ha puesto a repartir varios números por cabeza y que se ha desatado la ley de la selva. No me lo puedo creer. Rápidamente me acerco a ella y cojo dos números más para mi. No voy a ser el tonto. De todos modos alucino con estas cosas. Primero por la Organización por no tener más cuidado con las personas a las que encarga la tarea del reparto de los papeles y segundo por lo de siempre. No sabemos comportarnos. Somos como niños. Queremos conseguirlo todo aunque los de detrás se queden sin nada. ¿Por qué tenemos que perder la educación y el respeto? No lo entiendo. Sea como fuere yo ya tenía los tres números que me interesaban para esa jornada. Llegado mi turno, me dirigí frente a David Lafuente. Le pasé un Runaways y me lo firmó. Le di una hoja y me dijo que me iba a dibujar a Spider-Man. Percibí que era el sketch que tenía preparado para aligerar la tarea. Me pareció bien. Después de todo era la primera vez que coincidía en una sesión de firmas con él y su Spider-Man me gustó mucho. Fue todo un placer ver como dibuja al personaje. Mención aparte merece el estilo de letra que emplea para los nombres. Una chulada. Muchas gracias, David.
Hubo quien delante mío le comentó a David que le llevaba otro cómic para firmar y que se ponía al final de la cola de nuevo. Algo que considero muy correcto y considerado con quienes estamos esperando. Sin embargo, el artista le contestó que prefería que le diera todo en el mismo momento poniendo un máximo de tres cómics. Sabido esto y dado que yo llevaba precisamente dos títulos una vez me tocó el turno le pasé ambos. El segundo era un ejemplar de Rumble, su último trabajo publicado en España. David lo abrió y comenzó a aplicar sobre su primera página toda su energía con las tintas y los colores. El resultado es de nuevo fenomenal. Así concluyó el Sábado del Salón del Cómic de Getxo. Otro día espectacular para mi.
Decidí probar suerte y regresar a la zona oficial de firmas. Allí tenía sesión en esos momentos David Rubín. Aunque sus colas fueron muy extensas durante todo el Salón, dado que ya era última hora del Sábado, tan solo quedaban unas tres o cuatro personas. Así que me coloqué en la fila. Para él traía dos cómics. El primero, el Detective Comics 1000 con su portada. Muchas veces, cuando me pregunta qué quiero que me dibuje le dejo libertad absoluta, pero dado que ya tengo dos Batmanes suyos quería que cambiara de personaje. Le pedí una Catwoman. Todo un acierto. El sketch que me realizó en dos minutitos es magnífico. La verdad es que David es una máquina. Una fiera brava. Un grande.
Ah. Acabo de recordar una anécdota que me ocurrió en ese momento. Mientras estaba en la cola, apareció un veterano y muy nervioso coleccionista y se situó en la misma; pero en una posición que daba a entender que estaba delante mío. Alucinado, me dirigí a él y le pregunté qué número llevaba. Inmediatamente consultó el papel que tenía en la mano y me lo comunicó, “el 34”. Es un decir, no recuerdo el número exacto. Yo miré el mío y estaba como diez puestos por delante. Algo imposible dado que yo era el último de la fila. En definitiva, había abierto el número de alguna sesión anterior con la esperanza de que fuera por delante. Cuando le dije que yo tenía un número inferior me dijo “no pasa nada”. No...si te parece...Increíble lo que están dispuestos a hacer algunos por lograr un minuto antes su firma. Qué vergüenza.
Tras una llevadera espera en la cola de Álvaro Martínez Bueno, llegó mi turno. Le pasé el tercer número de la Liga de la Justicia Oscura. Me lo firmó y cogió la hoja blanca que le dejé. Como suele ser habitual me preguntó si quería algún personaje en concreto. En esta ocasión le pedí un Comisario Gordon. Sabía que era arriesgado pero probé suerte. El artista me contestó que no lo tenía controlado y que le pidiera otro. Curiosamente la vez anterior que coincidí con Álvaro le pedí un Man-Bat, personaje que dibuja en La Liga de la Justicia Oscura y me pasó lo mismo. No hacía mucho que estaba al volante de esta colección y todavía le costaba algo dibujarlo. Un miedo que perdió en el Salón del Cómic de Getxo dado que el compañero que estaba delante mío se lo pidió y se lo dibujó con normalidad. Muy chulo, por cierto. Que conste que lo cuento como anécdota personal. No es ninguna crítica. Mi máximo respeto para Álvaro. Si hay alguien que se preocupa por contentar a los aficionados es él. Jamás le he visto una mala cara y todos los sketches que me ha completado son magníficos. Volvamos a donde lo habíamos dejado. Como no era posible mi petición le dije que me dibujara lo que quisiera. Rápidamente detecté que se trataba de Swamp Thing. Otro de los personajes de la Liga de la Justicia Oscura. Una versión la suya muy influída por la imagen del autor Alan Moore. La verdad es que el dibujo está fenomenal. Una vez más, muchísimas gracias Álvaro.
Siempre que Iñaki Holgado tiene alguna novedad entra en mi lista de objetivos. En esta ocasión, me percaté que yo tenía la agenda bastante apretada y me iba a costar más situarme en su cola. Necesitaba ser bastante rápido. De hecho, lo intenté el Viernes; pero no fue posible. Ya había alguien frente a él esperando su dedicatoria mientras completaba otra. Tras salir de la sesión de firmas con mi sketch de Pepe Larraz me dirigí de nuevo a la zona de la carpa. Para mi sorpresa estaba llena y tuve que hacer cola para acceder a la misma. Tras unos minutos conseguí entrar y me situé en la cola de Álvaro Martínez Bueno, quien os recuerdo estaba en ese momento firmando en la zona oficial. Allí era muy complicado hacerse con la firma de más de un autor gracias a que las cosas se habían organizado bien para que todo el mundo pudiera salir de allí con algo. Álvaro alargó un poco más su sesión oficial con respecto a la hora fijada lo que supuso un retraso en el inicio de la nuestra. Mientras esperaba, aproveché para acercarme un segundo al stand de Xabiroi. Allí estaba Iñaki Holgado. En ese momento, estaba completando una dedicatoria. Le pregunté si tenía dueño y me contesto que no. Le pedí que esa me la guardara para mi y regresé a la fila. Tras unos minutos esperando, Iñaki se acercó a donde estaba y me entregó su último cómic en euskera, Amets Alokatuak, dedicado. Servicio a domicilio, me dijo. Cierto. Eso no lo esperaba. Muchas gracias. Como es habitual en él, fantástico el sketch.
De David López había rescatado del trastero el primer número de Salvation Run. Llegado mi turno se lo pasé y me lo firmó. Cuando me preguntó qué personaje quería se me ocurrió la gran idea de seguir la línea del cómic y pedirle un Captain Cold. La verdad es que, para mi sorpresa, le encantó la idea. Comenzó a dibujar y en dos minutos prácticamente me completó un estupendo sketch del personaje. Lo cierto es que David se portó de diez durante todo el Salón del Cómic de Getxo. En general, así lo hicieron casi todos los autores invitados. Un certamen que me dejó un sabor de boca magnífico. Pese a algún pequeño error en la entrega de turnos de las sesiones de firmas y aunque continúa sin contar con algún invitado internacional del máximo nivel consigue hacer olvidar esa carencia a base de talento patrio, que para algo hay mucho. En definitiva, un ocho y medio para esta evento de cómic. El Año que viene, ojalá, más.
