El pasado Viernes se pasó David Rubín por Bilbao para presentar su nuevo trabajo para la industria norteamericana. Su título Ether. Francamente, dado el complicado fin de semana que se avecinaba en el País Vasco, informatívamente hablando, pensé que me iba a ser imposible acudir y dejé el cómic en la librería para que me lo firmara si tenía tiempo. La verdad es que dado el nivel de gente que atrae de David prácticamente lo daba por descartado. Sin embargo, el destino en esta ocasión estaba conmigo y resultó que sí tuve un hueco para acudir. Me perdí la charla; pero pude acercarme a la sesión de firmas. Por supuesto, para cuando llegué allí quedé el último de la cola aunque la espera, sin duda alguna, valía la pena. Lástima que pasó lo de siempre. Gente que trae más de un cómic para que se lo dediquen, en ocasión uno para él y el otro para un amigo, y que alargan en exceso la espera para quienes quedan por detrás. A mí no me parece mal que se traigan más de un cómic para estas ocasiones siempre que el autor esté dispuesto a firmarlos pero creo que debería hacerse de otra forma. Lo que me parece lógico es que se les firme el primero y para el segundo vuelvan a hacer cola. Así lo hice yo en su día con Álvaro Ortíz y repito creo que es como debería ser. De esa forma si tengo diez personas delante esperaré diez dedicatorias, no veinte. Espero que se me entienda. En cualquier caso, David, como siempre, estuvo fantástico. Contando un montón de anécdotas durante la sesión que la hicieron algo más amena. Muchas gracias por tener siempre presente a Bilbao. El vídeo me quedó un pelón desenfocado pero es que está grabado con el móvil del curro.
El Jueves pasado se celebró un nuevo encuentro enmarcado en los Aurrez Aurre que celebra mensualmente el Azkuna Zentroa de Bilbao. En esta ocasión las protagonistas eran Susanna Martín, Cristina Daura, y Elizabeth Casillas. Francamente, yo quería acudir al mismo por la primera de las invitadas. A las otras dos autoras no las tenía situadas. En ese momento no sabía que me iba a llevar uno de esos chascos monumentales que quedarán en lo más alto de los ridículos de los cazadores de originales. En un principio se me torció la tarde por el trabajo y el destino me llevó hasta Vitoria; pero, casualidades del destino, nada más llegar allí todo quedó retrasado para el día siguiente con lo que pude regresar a Bilbao y acudir al coloquio. Para cuando llegué ya había comenzado. De hecho, llevaba una hora larga de charla. Con todo, pude disfrutar de la mitad de la misma. Tras esta, se celebró la habitual sesión de firmas. Me dirigí al stand que se había montado en la parte de atrás y compré un Sonrisas de Bombay. Ese era mi principal objetivo. Elizabeth Casillas estaba invitada por sus clubs de lectura de cómics y de Cristina Daura, en un principio, no cogí nada porque entendí por una frase que escuché en la charla que no iba a dedicar ningún trabajo. Suponía que tendría que marcharse rápido. Sin embargo, el vendedor de la parte del fondo me dijo que sí que iba a firmar sus libros. Que siempre lo hacía. Por si acaso me quedé con mi álbum de Susanna y me acerqué a ella. En ese instante no tenía a nadie. Le pedí que me firmará y se lo entregué. Me lo dedicó con este dibujo de un paisaje de Bombay de casas con ropa tendida. Me dijo que lo sentía pero que me había hecho un sketch un poco rápido. No pasaba nada. A veces hay el tiempo que hay. Una vez terminado, y aquí viene el chasco, me percaté de que Cristina estaba todavía en la sala hablando. Se la veía relajada, sin mucha prisa. Así que fui de nuevo al stand y compré su libro, solo había uno a la venta. Me acerqué a ella y le pedí que me lo dedicara. Es entonces cuando ella me dijo que no era Cristina Durán. Yo francamente no entendía nada. Creía que me estaba tomando el pelo y le insistí, como no vas a ser Cristina Durán. Y ella me repitió que no lo era. Y me explicó que por lo visto alguien se había equivocado y había traído libros de Cristina Durán en vez de los suyos, los de Cristina Daura. Durante la segunda parte de la charla había escuchado el nombre de Cristina en varias ocasiones. En ningún momento mencionaron el apellido. Ahí es cuando uno quiere que se le trague la tierra. Es cuando te das cuenta del terrible ridículo que acabas de hacer. Dios mío, me pregunto cómo pueden pasar estas cosas. Y lo peor de todo es que el cómic de Cristina Daura me costó 23 euracos que me venían estupendamente para otros menesteres. Vaya chasco. Bueno...algún día se pasará por el Aurrez Aurre esa autora y podré llevarle mi libro. Lamentable. Tanto para mí como para Cristina Daura. Lo que no entiendo es como el tipo que vendía los álbumes no se percató del error en las dos horas que duró la charla. Ni tan siquiera tuvo el detalle de decirme que me devolvía la pasta. Francamente, no se lo reclamé porque pagué con tarjeta si lo hubiera hecho con dinero lo habría devuelto seguro. Lo dicho, cosas que pasan...
Ayer se celebró en Bilbao la tercera presentación del recopilatorio con las aventuras de Roque Star, un personaje habitual de la prensa vasca. En concreto durante siete años se pudo disfrutar de él en las páginas de El Correo. Dado que en los anteriores eventos no pude estar por diferentes motivos esta era mi gran oportunidad. Además en su día, en un Salón del Cómic de Getxo, Rober me echó un cable para la grabación de un reportaje y ya iba siendo hora de hacerme con un dibujo suyo con su auténtico estilo y no imitando a otros, a Ibañez en aquel caso. El acto fue muy entretenido y Rober relató todos los pormenores del personaje y sus secundarios. También, como es lógico, aprovechó para publicitar el crowdfunding de Arte Brutto, el trabajo en el que está inmerso ahora mismo. Un libro muy recomendable sobre su experiencia dentro del Land Art, un movimiento artístico en el que está muy interesado últimamente el artista. Lo podéis encontrar en Verkami. Tras la charla comenzó la sesión de firmas y Rober me regaló este rápido sketch del protagonista. El vídeo tiene algún corte porque precisamente estaba contando una graciosa anécdota que le sucedió en una de sus intervenciones artísticas en el bosque.
El autor Matt Smith acaba de publicar su último trabajo, Lake of Fire, con guión de Nathan Fairbairn. Consultando su Facebook descubrí que estaba elaborando diversos sketches en alguno de los ejemplares. Posteriormente anunció que los iba a poner a la venta en su tienda de Etsy. Me agazapé en la web y aguardé mi oportunidad. La verdad es que su estilo me gusta mucho. Tras varios días de espera concretó que los iba a colgar un día concreto. Aunque me pilló fuera de casa fui lo suficientemente listo como para llevarme mi tablet conmigo. Lo cierto es que no tuve que esperar mucho. La segunda o tercera vez que entré a consultar su tienda me encontré varios ejemplares disponibles. Era evidente que ya se habían vendido algunos. A toda velocidad salté sobre este, el de Bernadette. La verdad es que era mi principal objetivo y lo conseguí. En una semana me lo ha traído el cartero. Hay que reconocer que Matt Smith es muy eficiente. Es el segundo pedido que le hago y ambos han llegado muy rápido. Además el cómic tiene una pinta fabulosa. Una gran compra. Por cierto, los sketches se vendieron muy muy rápido. Tuve bastante suerte. De todos modos, si os interesan todavía está realizando alguno más y los va colgando en el escaparate de su tienda virtual. De hecho yo he tenido la oportunidad de hacerme con otro si hubiera querido. Es cuestión de ser paciente y estar algo pendiente. La recompensa, sin duda, vale la pena.
La semana pasada se celebró en Bilbao la presentación del integral del Dr. Uriel con la presencia de su autor, Sento. Yo por cuestiones laborales no pude asistir a la charla aunque sí que me dio tiempo a acercarme a la sesión de firmas. Llegué bastante justo. Allí estaba el artista firmando ejemplares de su obra y me coloqué el último de la fila. Al principio dibujó a diferentes personajes pero en el tramo final, el mío, se centró ya en la figura del Dr. Uriel. Le pasé mi cómic, lo abrió por la y la primera página y me lo dedicó en tres minutos que supieron a gloria.
Lo que me pasó con este cómic es muy extraño. Desde el momento en que supe que el siguiente número de la Colección Científicos iba a estar dedicado a Aristóteles, tuve la certeza de que lo iba a comprar. Me pareció muy interesante. Además tengo todos los números. Una vez Jordi Bayarri anunció el crowdfunding, rápidamente me dirigí a la página en cuestión y realicé mi aportación. Al menos eso es lo que yo creí. Con el tiempo, una vez acabada la recaudación del dinero, descubrí que algo había fallado en el proceso y mi solicitud no había sido aceptada. Tardé meses en darme cuenta del error. Una vez comprobé al cien por cien que no había participado en el mecenazgo me puse en contacto con el propio autor para hacerme con un ejemplar del cómic dedicado con un sketch. Le pillé de viaje; pero me contestó que no había problema si estaba dispuesto a esperar una semana. Por supuesto, acepté y hace unos días llegó a mis manos mi copia de Aristóteles firmado por Jordi Bayarri. Error solventado. Estoy muy agradecido con el autor.
A las seis y media de la tarde estaba prevista la sesión de firmas de José Luis García López y Álvaro Martínez Bueno en el stand de la Fnac. Quedaba una hora y cuando pasé al lado de la mesa donde se iba a celebrar vi que ya había una persona esperando. Si quería conseguir de verdad algo de García López ese era mi momento. Rápidamente me coloqué el segundo de la cola. En pocos minutos se formó una fila importante. Al final tuve que esperar algo más de una hora pero al menos estuve bien acompañado esos minutos por otros colegas coleccionistas que consiguieron hacer la espera menos dura. Por fin, llegó a la mesa el artista. Estaba algo cansado y comunicó a quien le acercó hasta allí que no quería hacer dibujos, solo iba a firmar. Una lástima pensamos todos. En cualquier caso, la dedicatoria de un genio como él también valdría la pena. Sin embargo, cuando el primero le pasó su cómic contemplé que García López comenzaba a dibujar un sketch del perfil de Superman. Vaya alegría que me llevé. Llegado mi turno, le pasé mi ejemplar y le pedí si era posible que me dibujara también un sketch del perfil de Superman. Yo creo que me recordaba del momento en que me saqué una foto con él en el exterior del Kursaal. Cogió mi cómic y vi que comenzaba a dibujarme un sketch del rostro de frente del Hombre de Acero. Qué ilusión. Jamás pensé que iba a lograr un dibujo de mi ídolo. No me lo podía creer. Tras conseguir el sketch me fui del recinto del comiKD con una felicidad que no cabía en el cuerpo. Volví a mis obligaciones laborales en el exterior de los cubos de Moneo. Tras cerca de una hora trabajando por allí me percaté que José Luis García López había salido fuera para fumar un cigarrillo y miraba con interés a un grupo de personas vestidas de caldereros que se refugiaba de la lluvia. Me acerqué al artista y le expliqué que era la fiesta con la que se anuncia en San Sebastián la llegada de los Carnavales. Así casi sin darnos cuenta estuvimos charlando amigablemente, totalmente solos, durante cerca de diez minutos. Me explicó que en la actualidad vive en Queens, Nueva York, el barrio con más comunidades de la ciudad. En él se hablan hasta 150 idiomas diferentes. Y me trasladó toda su preocupación con la presidencia de Donald Trump. Sin duda, una experiencia increíble que la llevaré para siempre en mi corazón. Tras la pequeña charla le dejé tranquilo para que se terminara su cigarrillo. Increíble. Quién me iba a decir a mí de niño que unos años más tarde iba a estar conversando con el dibujante de aquellos cómics de Superman y Batman que devoraba con admiración por aquel entonces. Gracias ComikD por regalarme semejante momento.