Unos días después de la sesión de firmas de Buyan, se presentaba en Bilbao el último libro de Corto Maltés. El que lleva por título El Día de Tarowean. Guionizado por Juan Díaz Canales y dibujado por Rubén Pellejero. El día en cuestión yo trabajaba así que lo tenía algo complicado. En cualquier caso, probé suerte. Evidentemente me era imposible llegar a la charla pero, si era rápido, quizás pudiera conseguir estar en la sesión de firmas. Salí del trabajo a la carrera y logré aparcar rápido. No fue difícil, dejé el coche en un parking cercano a la Librería Joker. Entré al comercio y detecté que había algo de movimiento en el fondo. Aunque menos de lo que esperaba. Compré el cómic y me dirigí hacia allí. Se encontraba sentado en ese momento Juan Díaz Canales charlando con Fernando, el propietario de la Librería. Mira, una última firma acaba de llegar, le comentó. Muy amable Juan cogió el libro y me lo dedicó. Ahora sale Rubén, me dijo. Tras unos minutos, de una puerta trasera, apareció Rubén Pellejero. Se sorprendió al verme; pero no puso pega alguna. Volvió a sacar sus rotuladores y me dedicó este magnífico sketch de Corto Maltés. Muchas gracias a ambos autores por su amabilidad. Con los nervios no me dio tiempo a sacar ni una sola fotografía. Curiosamente, el curro me llevó al día siguiente al aeropuerto de Bilbao donde coincidí de nuevo con Rubén. Allí estuvimos charlando unos minutos.
Esta es la primera ocasión en la que descubro que la Fnac de Bilbao prepara un evento relacionado con el cómic. Lo más cercano fue la presentación de Esther Gili de hace unos Meses. Ambas citas hacen que nazca en mí una pequeña esperanza de que este comercio se esté poniendo las pilas. Me alegro. A ver si es verdad. Allí se presentaba el cómic en euskera titulado Buyan. Guionizado por los hermanos Martin y Xabier Etxeberria y dibujado por Aritz Trueba. La historia de su gestación es realmente curiosa. Es el primer trabajo en este medio de los tres autores. Lo ofrecieron por editoriales nacionales y nadie apostó por ellos. Lejos de desfallecer se dirigieron al mercado internacional y resulta que compró los derechos de su trabajo una de las editoriales más importantes de los Estados Unidos. Y les han permitido publicar en España el cómic en euskera. Por cierto que también ha sido publicado en Francia. Ahora las empresas nacionales interesadas, varias, están negociando con la americana para sacarlo en castellano. Algo que parece no está resultando fácil. Como digo, asistí a la presentación del cómic en euskera. Un cómic que pocos días antes ya había participado al menos con sesiones de firmas en el Salón del Cómic de Getxo. La verdad es que el acto de la Fnac no logró una gran asistencia. Estaba muy reciente el certamen de la localidad vizcaína y, tal y como he comentado antes, es un cómic en euskera que, quieras que no, al final atrae a menos público. De hecho, yo me lo he comprado en internet en inglés. El euskera me resulta demasiado pesado. Tras la interesante charla en la que nos contaron todos los entresijos del cómic, llegó la sesión de firmas. Resulta que a Aritz se le habían olvidado los rotuladores en el trabajo. Vaya lástima. Así que se limitó a dedicármelo con un bolígrafo. A pesar de todo, el sketch está muy bien. Pena de despiste.
Uno de los autores que se sumó a la ola de los Inktober fue Jason Copland. Dibujante, por ejemplo, de Judge Dredd. En su día participé en un crowdfunding suyo que salió adelante, Kill All Monsters! por lo que me animé a fijarme con más atención en sus ilustraciones. En su caso se centró en la colección que está dibujando en la actualidad, Full Tilt. Entré en su página y descubrí que también las sacaba a la venta. Además a un precio muy atractivo. Decidí intentar comprar una. Cuando vi la ilustración que llevaba por título Massimo Miller entré en el proceso de compra. Confieso que pensaba que no podría completar la misma al hacerlo desde España o que yo mismo lo cancelaría al ver como se inflaría el precio por los gastos de envío. Sin embargo, no ocurrió ninguna de las dos cosas. Todo fue como la seda y recibí en mi correo electrónico un recibo de mi compra. Aún con todo, estaba convencido de que en algún momento el autor se pondría en contacto conmigo para anularla. Tras unos cuantos días recibí un mail de Jason. Se sorprendía de que fuera de España y me pedía, por favor, que le pasara mi dirección. Ni la más mínima queja. A los pocos días ya tenía mi inktober en casa. Una pasada. No me lo podía creer. Había conseguido un dibujo de tanta calidad de Jason Copland a un precio de risa. Mil gracias.
Lo bueno del Inktober es que consigue que conozcas a numerosos ilustradores nuevos. Nuevos en cuanto a desconocidos para uno. Este Año he encontrado varios muy interesantes. Uno de ellos es José Domingo. Su Octubre de dibujos a tinta lo ha dedicado a personajes tipo Mad Max. Conste que ese título se lo he puesto yo. A mí es a lo que me ha recordado. La verdad es que durante ese Mes no adquirí ninguno. Demasiados gastos. Estaba bastante desbordado. Muchos inktobers y el Salón del Cómic de Getxo. Pero llegado Noviembre aproveché para interesarme por los que le quedaban disponibles. Unos cuatro o cinco. De entre todos ellos me decanté por este que desde que lo realizó me llamaba mucho la atención. Una suerte que no se hubiera vendido para entonces. Quedaros con su nombre, José Domingo. Y todavía hay más descubrimientos. Los conoceréis en próximos posts.
El ilustrador, Karl Kopinski, acaba de sacar su quinto sketchbook. Yo tengo todos los anteriores así que me hice también con este. Sin embargo, durante el proceso de compra decidí realizar una sugerencia sobre el sketch que deseaba en una casilla que aparecía en blanco. Ya la había visto en otras ocasiones pero hasta ahora nunca había escrito nada en la misma. La verdad, tampoco me había ido tan mal. Todos los personajes que dibuja Karl tienen su punto. En concreto, le sugerí que me dibujara a Wonder Woman. Cuando llegó el libro a casa comprobé que el comentario no había caído en saco roto. De hecho me consta que el artista dibujó dos veces a la amazona. En mi libro y en otro más. La sugerencia, la verdad, no es muy original que digamos.
Confieso que mi intención real era comprar únicamente el inktober de Tetsuo. Sin embargo, Manu Ripoll debió entenderme mal y me reservó la ilustración de Kaneda que realizó al día siguiente. No era ni parecida a la primera que me gustó. En realidad era bastante inferior a la de la jornada anterior. Pero, para mi sorpresa, el autor me escribió dando por hecho que era para mí. La verdad es que me dio algo de apuro decirle que no y ,dado que su precio era realmente bajo, decidí comprarla. De esta forma, tendría a los dos personajes principales de Akira.
El Inktober consiste, como ya sabréis la mayoría de quienes leéis este blog, en completar un dibujo a tinta cada día del Mes de Octubre. El artista Manu Ripoll se tiró la manta a la cabeza y se propuso realizar un porrón de dibujos cada día. Desconozco si llegó a completar la tarea pero, sin duda, llegó muy lejos. Evidentemente, eran ilustraciones muy básicas. Casi abocetadas en el papel. Creo recordar que un par de días los dedicó al cómic japonés. Entre los dibujos había uno de Kaneda que me atrajo. Me puse en contacto con Manu y me comentó que ya estaba vendido. Por cierto, se vendían muy baratos. Como dije, eran dibujos muy básicos. Dado que el motorista de Akira ya tenía dueño le pedí a Tetsuo. En cualquier caso, el artista me dijo que tenía pensado realizar otro Kaneda para el día siguiente.
Unos días después de la sesión de firmas de Buyan, se presentaba en Bilbao el último libro de Corto Maltés. El que lleva por título El Día de Tarowean. Guionizado por Juan Díaz Canales y dibujado por Rubén Pellejero. El día en cuestión yo trabajaba así que lo tenía algo complicado. En cualquier caso, probé suerte. Evidentemente me era imposible llegar a la charla pero, si era rápido, quizás pudiera conseguir estar en la sesión de firmas. Salí del trabajo a la carrera y logré aparcar rápido. No fue difícil, dejé el coche en un parking cercano a la Librería Joker. Entré al comercio y detecté que había algo de movimiento en el fondo. Aunque menos de lo que esperaba. Compré el cómic y me dirigí hacia allí. Se encontraba sentado en ese momento Juan Díaz Canales charlando con Fernando, el propietario de la Librería. Mira, una última firma acaba de llegar, le comentó. Muy amable Juan cogió el libro y me lo dedicó. Ahora sale Rubén, me dijo. Tras unos minutos, de una puerta trasera, apareció Rubén Pellejero. Se sorprendió al verme; pero no puso pega alguna. Volvió a sacar sus rotuladores y me dedicó este magnífico sketch de Corto Maltés. Muchas gracias a ambos autores por su amabilidad. Con los nervios no me dio tiempo a sacar ni una sola fotografía. Curiosamente, el curro me llevó al día siguiente al aeropuerto de Bilbao donde coincidí de nuevo con Rubén. Allí estuvimos charlando unos minutos.
