El Pasado Viernes se celebró en la Librería Joker de Bilbao la presentación de El Mal Camino de Simon Hanselmann. Dado que se trataba de un evento con un artista internacional se recurrió al reparto de números para ordenar la sesión de firmas. Decisión muy acertada. Dado que yo trabajaba llegué algo justo al acto. Para entonces me correspondió el diecinueve. Aunque era algo alto no pensé que tuviera problemas. La charla estuvo comandada por Elisabeth Casillas aunque, en muchos momentos, el editor de Simon le robó la dirección del evento. Quizás demasiado, en mi opinión. El autor desplegó en esos apenas quince minutos todo su humor ácido. Algo que no rebajó tampoco durante la sesión de firmas. Cuando llegó esta me aparté para charlar con los colegas. Como dan número no es necesario hacer una cola al uso. Lo cual se agradece. Sin embargo, según iban pasando los minutos me percaté que se había formado una fila muy amplia. No solo eso, la chica que estaba delante mío, con el número dieciocho, le pasó su libro a Simon en el turno nueve más o menos. Ahí me quedé perplejo. Me acerqué a situarme en mi lugar y en ese momento me comentaron los que tenía delante que la sesión de firmas había acabado rigiéndose por la Ley de la Selva. Vamos. Que se estaba colando todo pichichi. Delante de mis ojos vi una chica que se sentó sobre la mesa del artista con intenciones claras de entregarle el libro a la primera oportunidad. Me constaba que iba detrás mío por lo que me indigné muchísimo con la situación. Al menos tuvo la mínima decencia de pedir permiso para colarse siempre que se lo permitiéramos. Aunque sin dar mayores explicaciones. Lo malo es que se lo preguntó al propio autor. Por supuesto, esa solicitud hecha de esa forma nos dejaba a todos los que estábamos delante de ella en una situación delicada frente al artista y nadie se atrevió a decir que no. Tremendo. De vergüenza ajena. Es triste que se repartan números para que luego la gente haga lo de siempre. Todo tipo de triquiñuelas para colarse. De verdad, ¡qué ascazo! Pasado el disgusto llegó mi turno. Entregué a Simon mi copia de El Mal Camino y comenzó a dedicármelo. Cada trazo iba seguido de algún comentario irónico o algún chiste de carácter sexual. La verdad es que se tiró toda la sesión así provocando las risas de los presentes en muchas ocasiones. Al final, a pesar de las malas artes de algunos aficionados salí contento con mi ejemplar firmado. Además me llevé algún extra en la dedicatoria. En concreto, un Garfield y un aparato reproductor masculino. Muy propio.
Entre las ilustraciones que ojeé de Elene Urquijo en el Salón del Manga también había algunos Inktobers que todavía no se habían vendido. Este de la Chica con Coletas es el que más me llamó la atención. No se trata de ningún personaje. Surge de la inspiración de la artista tras escuchar el tema Joe and Jolene de The White Buffalo. No lo conozco. Me lo tendré que poner. En cualquier caso, sabiendo esto, creo que podemos bautizarla como Jolene. Tras estas dos compras di por finalizada mi visita al Salón del Manga de Bilbao por este Año.
Este pasado Fin de Semana, se ha celebrado en Bilbao una nueva edición del Salón del Manga de Bilbao. Tuve la suerte de poder acercarme por allí un ratito. Apenas quince minutitos. Como siempre, mucho cosplay, mucho merchandising y poco cómic. Yo, en realidad, iba allí con las ideas muy claras. Mi intención era encontrar a Elene Urquijo, una artista cuyo trabajo conozco a través de las redes sociales. En un primer vistazo, en la planta de arriba, donde se coloca el Artist Alley, para entendernos, no la encontré así que bajé a la planta de abajo donde están los puestos oficiales. Tenía pocas esperanzas de dar con ella por allí pero quién sabe. Tal y como pensaba no andaba en esa zona así que volví a subir. Según di mis primeros pasos detecté alguno de sus dibujos en una mesa donde se agolpaban varios artistas. Luego me percaté de que tenía un cartel donde aparecía su nombre. En la primera pasada se me pasó. Me acerqué donde ella y tras charlar un poco cogí algunos de sus originales. Entre los que allí tenía me gustó especialmente uno que había preparado para este Salón. Esta Pepper Potts basada en una imagen promocional de su última película. Sin dudarlo, se lo compré. Mi objetivo del Salón ya estaba cumplido. Bueno, no el principal. Pero eso quedará para algún siguiente post.
Ayer se celebró en Bilbao una interesante charla de Bruno Loth organizada por el Instituto Francés. La idea es, teniendo en cuenta la potencia mundial que es Francia en cuanto al bd, traer en próximas ocasiones más autores de cómic galos. Ojalá sea así. Dado que se celebró el evento el Miércoles pude acudir con total tranquilidad. Disfruté mucho escuchando al autor que presentaba su último trabajo titulado Guernica. El mismo habla del bombardeo y su gran influencia en Picasso. La conversación con Jon Spinaro fue de lo más interesante. Tras ella llegó el turno de las preguntas. Resulta que en el libro se hace mención a un hombre al que se presenta como el último superviviente del bombardeo. Un dato que se comprobó en ese instante que era totalmente falso. Y es que solo entre el público salieron al menos otras cuatro personas vivas más. Bruno se quedó totalmente sorprendido. A él le habían presentado a esta persona con ese apelativo (de hecho me suena haberlo oído yo también) y lamentó descubrir que era un dato erróneo. El artista, seguro, tratará de subsanarlo en próximas ediciones. Además se notó cierta indignación entre el público por las inclinaciones políticas de la familia del supuesto último superviviente. En concreto la mujer que intervino, gernikesa, lamentó que siempre se haya escuchado un testimonio de ese lado de la trinchera y no el de su familia, por ejemplo. Como digo, Bruno se quedó con la boca abierta. Quedó claro que el asunto de la Guerra Civil española, a día de hoy, sigue levantando muchísimas ampollas. Tras la conversación, llegó el turno de firmas a la que, por cierto, nadie dio paso. Yo me levanté y le hice un gesto a Bruno con el libro. Él me dijo que subiera para dedicármelo. Allí que me fui. Abrió su estuche y sacó una gran cantidad de lápices. En cuestión de unos minutos realizó esta precioso sketch que os muestro. Muchas gracias.
El autor inglés Karl Kopinski ha publicado recientemente su artbook más ambicioso. Un señor tomo con ilustraciones en blanco y negro y a color. Yo lo he adquirido en su versión con sketch. Sale bastante caro; pero es uno de mis autores imprescindibles. Ayer bajé a mi oficina de Correos para recogerlo. Pesa lo suyo. Mi gran incógnita era cuál sería el sketch elegido por el autor para dedicármelo. Como podéis ver el personaje escogido ha sido La Visión. Es curioso, las dos últimas dedicatorias que me ha realizado son de superhéroes. Batman y La Visión. Consultando sus redes sociales pude descubrir que en esa misma tanda realizó sketches de Thor y de Hulk. Muy grande, Karl.
Con Paco Alcázar he seguido un camino contrario al habitual para un coleccionista de originales. En su caso, he comprado antes varias piezas suyas que sus cómics. Realmente comencé a interesarme por su trabajo tras ver una Blank Cover en la que dibujó al Superman de Nicholas Cage. Luego le vi dedicar algunos ejemplares en el Salón del Cómic de Getxo. Yo aguardaba en la cola de al lado mi turno para Álvaro Martínez, creo recordar. Unas Semanas más tarde compré un par de originales de su trabajo. Y el pasado Viernes, por fin, adquirí mi primer cómic de Paco Alcázar. Ya ha costado. En concreto, estaba invitado en un evento de Caóstica. Ese día trabajaba por lo que no pude acudir hasta bastante tarde. Llegué al recinto con la esperanza de que el autor todavía continuará firmando ejemplares de La Vida Y Usted. Nada más entrar vi que se encontraba en una mesa en una esquina con bastante poca luz y junto a la puerta de la sala donde se estaban proyectando una serie de cortos. Por suerte, el artista estaba dedicando un cómic. Además junto a él estaba Mikel Bao vendiendo ejemplares del último trabajo del autor. Rápidamente le compré uno y aguardé mi turno. Llegado el momento, Paco me abrió una hoja que tenía en la mesa y me mostró varios modelos de sketches para que escogiera el que más me apeteciera. Allí había una bota de escalador, una araña, una calavera de un hombre primitivo...No pude fijarme mucho. Le señalé al guerrero de la armadura. Con esa referencia, el dibujante comenzó a manejar los lápices y rotuladores. En cuestión de unos minutos, ya había completado mi sketch. Salí de allí más que satisfecho con mi primer cómic de Paco Alcázar.
A finales de Semana, por fin, me llegó el artbook Largo de Tula Lotay que le había encargado. En la versión que yo lo adquirí incluía un bookplate con una ilustración original de la artista. La autora había colgado en las redes algunos de los dibujos que había realizado. Uno de ellos me encantó especialmente. Aunque lamentablemente no es el que me ha correspondido. Se trataba del Joker de Joaquim Phoenix. El dibujo que me había tocado es el que os muestro. Una mujer desnudándose en penumbra. Que conste que también me gusta aunque no tanto como el que os he comentado. La cuestión es que me asaltó inmediatamente la duda de si se trataría de algún personaje en concreto. Por esa razón, me puse en contacto con Tula para preguntárselo. Ella rápidamente me contestó que era Rita, personaje de la película Mulholland Drive de David Lynch. Confieso que no la he visto. Algo que, con esta excusa, tendré que hacer algún día.
El Pasado Viernes se celebró en la Librería Joker de Bilbao la presentación de El Mal Camino de Simon Hanselmann. Dado que se trataba de un evento con un artista internacional se recurrió al reparto de números para ordenar la sesión de firmas. Decisión muy acertada. Dado que yo trabajaba llegué algo justo al acto. Para entonces me correspondió el diecinueve. Aunque era algo alto no pensé que tuviera problemas. La charla estuvo comandada por Elisabeth Casillas aunque, en muchos momentos, el editor de Simon le robó la dirección del evento. Quizás demasiado, en mi opinión. El autor desplegó en esos apenas quince minutos todo su humor ácido. Algo que no rebajó tampoco durante la sesión de firmas. Cuando llegó esta me aparté para charlar con los colegas. Como dan número no es necesario hacer una cola al uso. Lo cual se agradece. Sin embargo, según iban pasando los minutos me percaté que se había formado una fila muy amplia. No solo eso, la chica que estaba delante mío, con el número dieciocho, le pasó su libro a Simon en el turno nueve más o menos. Ahí me quedé perplejo. Me acerqué a situarme en mi lugar y en ese momento me comentaron los que tenía delante que la sesión de firmas había acabado rigiéndose por la Ley de la Selva. Vamos. Que se estaba colando todo pichichi. Delante de mis ojos vi una chica que se sentó sobre la mesa del artista con intenciones claras de entregarle el libro a la primera oportunidad. Me constaba que iba detrás mío por lo que me indigné muchísimo con la situación. Al menos tuvo la mínima decencia de pedir permiso para colarse siempre que se lo permitiéramos. Aunque sin dar mayores explicaciones. Lo malo es que se lo preguntó al propio autor. Por supuesto, esa solicitud hecha de esa forma nos dejaba a todos los que estábamos delante de ella en una situación delicada frente al artista y nadie se atrevió a decir que no. Tremendo. De vergüenza ajena. Es triste que se repartan números para que luego la gente haga lo de siempre. Todo tipo de triquiñuelas para colarse. De verdad, ¡qué ascazo! Pasado el disgusto llegó mi turno. Entregué a Simon mi copia de El Mal Camino y comenzó a dedicármelo. Cada trazo iba seguido de algún comentario irónico o algún chiste de carácter sexual. La verdad es que se tiró toda la sesión así provocando las risas de los presentes en muchas ocasiones. Al final, a pesar de las malas artes de algunos aficionados salí contento con mi ejemplar firmado. Además me llevé algún extra en la dedicatoria. En concreto, un Garfield y un aparato reproductor masculino. Muy propio.
