analíticas

lunes, 8 de septiembre de 2025

Sketch de La Folie Les Lucioles, Transes en Danses, por Stéphane Bouillet


Es el segundo año del Salón Hispanofrancés de Cómic en Sabiñánigo. La realidad es que está todavía lejos de recuperarse del golpe que le asestó Jaca al no renovar su celebración en la localidad en la que nació. Es cierto que ilusión no les falta a los organizadores pero, lamentablemente, no basta con eso. Un evento de este tipo tiene que contar con un buen plantel de autores y, de momento, no logran atraer a los suficientes como para conseguir llegar a aquel nivel. Recuerdo con nostalgia el salón de hace cuatro años, el primero al que acudí, con un número destacado de invitados. Muchos de ellos llegados de Francia. Qué lejos estamos de aquello. Este año precisamente la pata gala es lo que más ha fallado. Primero al no acudir, por segundo año consecutivo, la habitual librería de Pau, Bachi-Bouzouk!. Segundo por tan solo contar con un autor de cómic invitado de ese país y tratarse de uno que no ha publicado nada en España. De hecho, solo apareció por allí la noche de entrega de premios y la mañana del Domingo pero sin contar con una sola sesión de firmas. Eso, en mi opinión, es casi como si no hubiera estado. Conste que todo esto son opiniones absolutamente personales. Sí había otro tipo de invitados; pero autores de cómic llegados de Francia solo uno, Frédéric Michel. El creador del cartel de este año. Respecto a los invitados nacionales, cinco destacados, Salva Rubio, Antonio Altarriba, Marika Vila, Pedro Cifuentes y, un habitual, Manuel Granell. El resto, críticos y divulgadores, algo que a mí personalmente no me interesa. En cualquier caso, los organizadores consiguen que todas esas carencias se me olviden durante los días en que se celebra el Salón. Consiguen que recuerde por qué acudo año tras año a este evento. Uno se siente como en casa y no tiene que luchar contra una jauría de aficionados para conseguir completar los objetivos. Algo que valoro mucho. Y siempre hay cosas que hacer. Solo hay que saber mirar. Lo comprobaréis los próximos días. En cualquier caso, ojalá el año que viene regrese con fuerza renovada. Para mi este año apuntaba maneras pero lamentablemente se notó mucho la caída de algunos invitados destacados. Ojalá que en 2026 llegue un Salón al estilo del que viví en  2022. Conste que a pesar de todo lo he disfrutado mucho y que espero volver el año que viene. Pero vayamos ya con el relato de este año. Lo primero que hice al llegar fue acercarme al stand de Stéphane Bouillet, un autor francés que cuenta con stand allí todos los años. Para mi, en realidad, la única representación gala que realmente me interesaba. Le compré el tercer número de su serie, La Folie Les Lucioles. Una historia de fantasía absolutamente mágica y salvaje. El artista me lo dedicó con este fantástico sketch que hace que ya valiera la pena haber acudido a Sabiñánigo. Le quise proponer una blank; pero no se sentía cómodo con los personajes del cómic americano. No pasa nada. Siempre un diez para Stéphane. 

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