analíticas

miércoles, 5 de junio de 2019

Sketch de Ventiladores Clyde, por Seth



Reconozco que cuando me dijeron que venía Seth a Bilbao no lo conocía. Pero era fácil percibir la fascinación en todos los que me hablaban de él. Estaba claro que se trataba de un acontecimiento único. De esos que quedan en la retina de los aficionados para siempre. Rápidamente compré un ejemplar de La Vida Es Buena Si No Te Rindes para llevarle el día de la charla. El día de la charla, mientras hacía cola en la puerta del Salón de Actos del Azkuna Zentroa vi por primera vez al autor. Un hombre con aspecto de haber salido de otro tiempo. Elegante como pocos. Con ese look que me recordaba a los Años 40. Exactamente igual que en las fotografías que había consultado sobre su persona. Sin duda, fue impactante verlo frente a mi. Tras la primera impresión, llegó el momento del encuentro. Comandado por Borja Crespo. Debo decir que me resultó tremendamente interesante. Sin duda, ante mí, un autor con una personalidad arrolladora y muy atractiva. Dice no ser un nostálgico de épocas pasadas aunque opina que estaríamos mejor si no se hubieran inventado los ordenadores. Artilugios donde podemos encontrar toda la sabiduría del planeta pero que utilizamos para jugar a videojuegos o ver videos de gatos. Razón no le falta. Por eso se siente orgulloso de pertenecer a la última generación nacida antes de la invasión de la informática. Todo un personaje. Tras la interesantísima entrevista, llegó el momento de las firmas. Antes del inicio del acto ya avisó la organización de que todo el mundo saldría de allí con su libro firmado. Hasta dos por persona, añadieron. Como ya adelanté, yo llevaba mi ejemplar de La Vida Es Buena Si No Te Rindes aunque la novedad era el titulado Ventiladores Clyde. En la misma mesa en la que el artista comenzó a firmar había varios libros a la venta. Esperando mi turno me percaté que todo el mundo le entregaba dos cómics. Tan solo tres personas frente a mí se conformaron con uno. Y habían pasado unas doce. Dado que había quedado encantado con la charla y me di cuenta que no iba a tener probablemente ninguna oportunidad más en mi vida de estar con Seth decidí lanzarme y comprar un Ventiladores Clyde. Además, dado su precio superior, me había percatado de que Seth los dedicaba con algo más de detenimiento. Una vez llegado mi turno, le pasé primero mi última compra. El artista comenzó a dibujarlo y en cuestión de poco más de un minuto ya había completado un magnífico sketch. Qué grande.

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