Tras conseguir el sketch de David Lafuente salí rápidamente de la zona oficial de firmas para dirigirme al stand donde estaba firmando a esa hora Jaime Martín. Le llevaba una copia de su último trabajo, Un Oscuro Manto. En su día lo presentó en la Librería Joker pero por cuestiones laborales no pude acudir. Llegado mi turno le pasé el libro y él comenzó a dedicármelo. La verdad es que fue un gusto contemplar como completaba la dedicatoria el autor. En esta ocasión, solo utilizó el lápiz para el sketch. Sombreando con una pasada del dedo sobre el grafito. Consigue así un espectacular dibujo. Uno de los que más me gustó de este Año en Getxo.
Así llegamos a la última parte de la Tarde del Sábado. Cuando Jaime Martín tenía programada una sesión de firmas oficial. Allí me fui yo con mi ejemplar de Todo el Polvo del Camino. Tenía delante una persona que le pasó varios cómics para firmar. Así que tuve que esperar algo más de diez minutos. Es algo que a mi personalmente no me parece bien. En mi opinión, por respeto al artista, hay que llevarle un cómic. Salvo que sea David Rubín que, en su caso, sí ha manifestado que no le importa que le lleves hasta un máximo de tres. No más. Y si quieres llevarle varios, una vez dedicado el primero te recolocas de nuevo el último de la fila en la sesión de firmas. Si hay mucha gente renunciarás y te irás. Pero así más gente podrá estar con el invitado y habrá más posibilidades de que todo el mundo se lleve su firma. Así se evita que haya gente que se vaya con tres sketches y otra que se tiene que conformar con una rúbrica rápida porque llegó la hora de cierre. Que hay poca gente...Estupendo. Esperas un poquito y volverás a tener otra oportunidad. No sé... Me parece de sentido común. Y demuestras tener respeto también con los que tienes detrás. Que son tan aficionados como tú. Es mi opinión. Aunque cuenta bastante poco. Pero volvamos al tema. Llegó mi turno. Jaime fue, como siempre, superagradable. Es un autor amable y humilde. Muy cercano con los lectores. Me completó este bonito sketch. Es una delicia ver en el vídeo como extiende las aguadas con los dedos. Todo un espectáculo. Así cerré el Sábado. Por delante tenía un Domingo con una nueva posibilidad de hacerme con la dedicatoria de Agustina Guerrero. En ello pondría todas mis fuerzas.
Este pasado Mes de Septiembre se ha celebrado en Pamplona el Salón del Cómic de Navarra. Sin duda, un evento diferente al resto. En vez de celebrarse durante un fin de semana se extiende durante todo el Mes. Eso hace que sea un certamen bastante local. Una de esas semanas coincidían en la ciudad Anabel Colazo, autora del cartel, y Jaime Martín. Los dos autores me interesan mucho lo que me animó a trasladarme a Pamplona. Hay que tener en cuenta que mi hermana vive allí. Lo que me da cierta ventaja. El Jueves era el día de Anabel. Me acerqué a la sesión de firmas que se celebraba en un comercio de libros infantiles. Estaba todo demasiado tranquilo. Pregunté y me llevé una enorme sorpresa al descubrir que la artista había enfermado y que había suspendido el viaje. Según me comentaron, la organización había informado del contratiempo; pero yo no me enteré. Cosas que pasan...El Día siguiente era el de Jaime Martín. En esta ocasión, el evento tuvo lugar en la tienda de cómics TBO. Qué de recuerdos de mis Veranos de jovencito comprando cómics allí. Qué nostalgia. Cuarenta minutos antes me acerqué a la tienda. Ya estaban esperando tres aficionados. Con el paso de los minutos fueron llegando más. Cuando apareció por allí el autor se sorprendió al ver la cola. Pero lo peor fue cuando le comentó el dueño de la tienda que tenía varios tomos encargados en el mostrador. Esos me los llevaré al Hotel, contestó Jaime. La verdad es que es supermajo. Un artista siempre agradable y atento con quien le pide una firma. Y, además, muy humilde. Da gusto gente así. Cuando llegó el turno del chico que estaba delante mío le pasó un cómic. Le dijo que era para un amigo que no podía venir y que luego le daba el suyo. Jaime se quedó un poco sin saber qué hacer. Dijo que no sabía cuales eran las normas de la firma. Que, quizás fuera un cómic por persona, y que si quería otro tendría que volver a hacer la cola. Algo que considero hubiera sido lo lógico. Sea como fuere le firmó los dos sin repetir la cola. Es cierto que Jaime no puso mayor pega; pero, por parte de los aficionados, debería haber un respeto para la gente que está esperando detrás. Del resto nos olvidamos con demasiada facilidad. Es una cuestión de educación. Más cuando el artista tan solo tenía una hora para la sesión. Son cosas que considero se deberían controlar más por parte de la organización de los Salones. Muchas veces todo queda en manos de los autores. Poniéndoles en una situación incómoda. Y, claro, eso no está bien. Y, lo repito, debería controlarse no solo por respeto al autor. También por respeto a toda la gente que hace la cola. Ya lo sé. Soy un llorica. Un llorica que llora en el desierto. Conste que a mí no me afectaba lo más mínimo. Que yo iba el siguiente. Por cierto, Jaime me dedicó el cómic con un sketch espectacular. El viaje valió la pena.
Llevaba un tiempo agazapado a la espera de comprar este cómic. Aguardaba que un día se acercara por Bilbao Jaime Martín. La cosa está muy complicada con esto del coronavirus así que tocaría ser paciente. Sin embargo, una librería de cómics nacional anunció que tendría al autor para una sesión de firmas. Dado que yo no era la zona no le di más importancia; pero un colega coleccionista les escribió para consultarles si estaban abiertos a enviar a otras partes de España algunos ejemplares firmados. Tras preguntárselo al artista, la respuesta fue afirmativa. Así que cuatro compañeros de Bizkaia, incluido yo, hicimos nuestra reserva. Ya tengo el resultado en mi poder. Confieso que una vez visto hubiera preferido no comprarlo y seguir esperando. Resulta que el sketch es un sello sombreado a mano. Francamente no es lo que había pensado. Hace un tiempo, vi que Jaime había practicado una serie de sketches para dibujarlos en las sesiones de firmas. De hecho, tengo varios cómics suyos dedicados y en todos me ha dibujado unos sketches muy chulos. Eso es lo que realmente deseaba. Aunque sea un boceto rápido de minuto y medio o menos. No un sello sombreado. Si no me hubiera precipitado, seguro que hubiera podido estar frente a él algún día y hubiera podido pedirle que me hiciera un sketch a mano por pequeño que fuera. Ah, ni que decir tiene que los cuatro colegas recibieron el mismo sello. Decepcionante. Lo peor de todo es que seguro que Jaime se tiró un rato sombreándolo. Bueno...no siempre se gana. Conste que estoy agradecido. Que lo estoy. Pero cuando escribo este blog procuro ser lo más sincero que puedo. Esperaba otra cosa, sin más...
Este es sin duda alguna el sketch que más me gusta de todo el Salón del Cómic de este año. Una auténtica joya. Lo firma Jaime Martín y el álbum donde lo ha dibujado es su último trabajo, Jamás Tendré 20 Años. La historia de amor entre sus abuelos republicanos durante la Guerra Civil y el franquismo. Este era otro de los cómics que tenía en mente comprar. Hace un par de años ya adquirí Las Guerras Silenciosas y quedé muy satisfecho. Además me gustó mucho el sketch que me dedicó el autor por lo que estaba cantado que iba a repetir. Por fin me separé del stand de Astiberri. Por allí ya se habían acabado las sesiones de firmas, al menos las que me interesaban a mí. En esta ocasión, me acerqué con un compañero al de Norma. En ese momento Jaime estaba acabando una dedicatoria. Pocos minutos después cogió el álbum de mi acompañante y le dedicó un sketch de su abuela precioso. De su abuela cuando era joven, se entiende. Una maravilla. Cuando llegó mi turno me preguntó si quería algo concreto. Le dije que lo que él quisiera. Ya imaginaba lo que iba a seguir. Te dibujo entonces a mi abuelo, dijo. Estaba cantado. Ja, ja. Al principio me daba un poco de pena por que el dibujo de su abuela era muy bonito pero por otro lado pensé que seguro que el del abuelo también estaría a la altura. La verdad es que estaba en lo cierto. Me llevé un genial sketch y salí muy muy contento. Así concluyó este primer día por Getxo. Como veis todo un éxito. Al día siguiente, podría regresar con tres cómics menos en la mochila y un montón de compras terminadas. Una gran jornada.
Y seguimos con el Salón del Cómic de Getxo. Tras conseguir la dedicatoria de Víctor Santos decidí darme una vuelta algo más profunda por los stands. La verdad, cuando entré fui buscando a este artista y no me fijé demasiado en lo que tenía alrededor. Así descubrí a muchos más autores dedicando sus cómics. Con cada uno de ellos me paraba un instante para averiguar de quién se trataba y el tipo de sketch que realizaba a los aficionados. Sin duda, la zona que más había descuidado era la de la entrada. Así que me dirigí hacia allí. En el primer stand me encontré a Jaime Martín y sus Guerras Silenciosas. El cómic ya lo había visto anunciado y me parecía interesante. Dio la casualidad que su creador estaba en ese momento de brazos cruzados. Cogí el tomo y lo ojeé ligeramente. La verdad es que me gustó lo que vi así que lo compré y se lo pasé a Jaime. En un instante comenzó a dibujar regalándome este gran sketch. Francamente, no tenía ni idea del tipo de dedicatorias que realizaba. Había saltado a la piscina sin saber si estaba llena y había acertado. Me pareció muy curiosa su técnica. Eso de hacer las sombras antes del entintado. También como las extiende ayudándose con sus dedos. Lo podéis ver en el vídeo. Como digo, muy interesante.
