Durante el tiempo que estuve en Huescómic deambulé por el resto de stands. La mayoría de ellos, una especie de Artist Alley pequeño. Uno de ellos, el último respecto a la mesa de firmas, llamó mi atención. Había un cómic que tenía buena pinta. Cuando comencé a ojearlo, la persona que atendía me dijo que era un colectivo. Que lo firmaban varios autores. Eso me echó para atrás. Además, no le conocía a él y no podía saber si era el autor que me había atraído hasta allí. A pesar de ello, le pregunté si lo era, si firmaba alguna de las historias, y me contestó que no. Definitivamente, devolví el libro a la mesa. Pero al lado, había otro cómic que tenía buena pinta. Este Nordic. Tenía varios números. Allí sí que estaba su creador así que definitivamente aposté por él. Y la verdad es que salí ganando. Él es Toni Bravo. Fue muy majo en todo momento. Y me dedicó el tomo con una atención que escasea ya en este mercado. Me dibujó a este fornido personaje, muy al estilo Conan. Y el cómic tiene muy buena pinta. Toni tiene un trazo muy amerimanga, diría yo. Un aire a lo Joe Madureira. Gran compra. Así terminó para mí Huescómic. Tocaba retomar el viaje de vuelta hacia Bilbao. Ojalá vuelva a coincidir el año que viene el evento con el Salón de Sabiñánigo. Uno una semana y el otro la siguiente. Es un combo perfecto.
En la siguiente sesión de firmas estaba Joan C.. Yo le compré el cómic Okaasan y esperé pacientemente en la cola. Llegado mi turno, el autor me dedicó este manga con el sketch que os muestro. Me hubiera gustado más la cara de la protagonista; pero el autor escogió este otro personaje que tiene mucha importancia en el cómic y que agiliza, supongo, las sesiones de este tipo. Se agradece igualmente.
Cuando visité el stand de Malavida en Jaca descubrí que Kalitos había sacado un nuevo cómic. El titulado Supergómez y los 4 Fantasiosos. Una parodia del Superlópez de Jan que versiona con humor a su vez a Superman. En la portada vi que aparecían también unos particulares Cuatro Fantásticos y ni más ni menos que Galactus. Inmediatamente, supe que quería ese cómic firmado por Kalitos y con un sketch del devorador de mundos. Así que cuando me lo encontré en Huescómic no desaproveché la oportunidad. El sketch, bueno..., ya sabéis. Un garabato rápido. Pero a Kalitos no se lo tengo en cuenta. A la gente que necesita ayuda hay que apoyarla. Ja, ja, ja. Y todavía los puede hacer peores. Ya veréis...
Al inicio de mis vacaciones, en Jaca, recordad que me acerqué al stand de Malavida. Buscaba, en concreto, a Kalitos. "Gracias a Dios, no está aquí", me contestaron. Mira por donde, me lo iba a encontrar en Huescómic. La primera vez que pasé por el puesto de esta editorial tampoco estaba. Xcar me dijo que si lo veía por ahí me lo llevara a mi casa. No extrañan esas contestaciones, dichas siempre desde el cariño. Juntarse con Kalitos es como entrar al Horrorland ese de Madrid. Una experiencia para corazones fuertes. Menos mal que es cortita. Desde luego, uno no se acerca a él en busca de un buen sketch. Olvídate de eso. En esta ocasión, compré el número de despedida de La Guerra que dan las Galaxias. Con un maravilloso título, El Retorno del Jedipollas. Sin duda, los títulos de estos cómics son una fantasía. La Amparo Contratada, El despertar de la Juerga, La Venganza de los cara-Shit, El Mogollón de los Clones...Como no comprarlos todos. Por cierto, cuando Kalitos me dijo que este era el número de despedida de estos personajes me dijo que me preparara para echar una lagrimita. Fíjate que ya la estoy echando. La verdad es que he cogido cariño a esta particular tripulación capitaneada por el Comandante. Aproveché para que me dibujara al droide, Julay, el último personaje que me faltaba.
Mientras miraba el stand de la librería que tenía los cómics de los invitados, el comentario general que escuché a mi alrededor era que había que comprar el cómic de Irene Márquez. Confieso que no conocía a esta autora; pero la sensación que había por allí era que se trataba de la invitada más importante del Huescómic de este año. Eso me animó a adquirir su libro y colocarme en su cola. La autora me lo dedicó de la forma que lo hace en todos los casos. Con una tumba con tu nombre. Sin duda, algo especial. Ahora solo queda leer el cómic. Desde luego, la edición es espectacular.
Aroha Travé vino al Salón del Cómic de Getxo hace unos años y no le pillé nada. Es algo de lo que posteriormente me arrepentí y siempre estaba aguardando el momento de volver a verla. Mira por donde esa posibilidad se dio este verano en Huescómic. Por fin, comenzaron las sesiones de firmas del domingo por la tarde. El primero en llegar fue David López. Una pareja de coleccionistas le pasaron una libreta para que les dibujara algún personaje. Poco después, llegaba Aroha Travé. Yo estaba el primero de la fila esperándola con un ejemplar de Carne de Cañón que había comprado poco antes en un stand. Hay que recordar que entre mis planes no estaba acercarme a este evento con lo que no tenía nada preparado. Cuando hice el gesto de entregarle mi libro, desde mi izquierda, la pareja le lanzó un bloque de cinco cómics para que se los firmara de unas formas que, en mi opinión, no fueron correctas. Tanto Aroha como yo nos quedamos bastante sorprendidos. Tanto que ella preguntó a quién firmaba primero. Yo le contesté, obviamente, que a mi dado que yo solo llevaba un libro. Ella estuvo de acuerdo. A la pareja, extrañada por las formas, les preguntó si tenían intención de vender las firmas algo que negaron y corroboró David López, quien los conocía de otras ocasiones. Tras ese extraño episodio, Aroha me firmó mi ejemplar con este magnifico sketch. Me dio a elegir entre el niño o el drogata. Escogí al segundo. En otro momento dado, me preguntó qué grupo de música me gustaba. Francamente, mis gustos son algo alternativos así que preferí no citarlos y le contesté que U2, banda que, sinceramente, ni me va ni me viene. Entonces, la autora vistió al personaje con una camiseta del cuarteto irlandés. Florence + The Machine o Ethel Cain le hubieran pegado menos. Genial. Llegado a este punto hago una reflexión. Insisto en el punto de siempre. Soy de los que piensa que a una sesión de firmas hay que llevar un libro. A lo sumo dos. No solo por respeto al autor, también por solidaridad con los coleccionistas que hay detrás de ti. Todo el mundo tiene derecho a irse del lugar con su libro firmado con un sketch. No puede ser que pretendamos quedarnos con el autor para nosotros solos. Evidentemente, la organización lo ha traído para que todo el mundo pueda disfrutarlo. Es algo sencillo que deberíamos asumir todos. Creo que es lo correcto y lo defenderé siempre. Mira...este año en Getxo, en las sesiones en las que estuve, se cumplió la norma a rajatabla. Es cierto que hubo un par de sesiones conflictivas; pero en esas no estuve así que no puedo opinar. En las que estuve todo funcionó como debe ser. Y con autores de primer nivel. Por cierto, en la foto adjuntada podéis ver el taco de libros del que os hablo y que ha comenzado a firmar Aroha. Ojo, no digo que dejéis de llevar doscientos libros si queréis. Si luego el autor está libre (lo mismo no tiene a nadie) podéis seguir entregándole todos los demás.
En la zona de firmas de Huescómic vi que aparecía David Sancho. Faltaban diez minutos para la primera sesión de la tarde y su nombre no estaba entre los autores citados para la misma. Pensé que podría haber habido algún cambio. El autor se sentó con un par de cómics y los abrió para dedicarlos. Me acerqué hacia allí y le pregunté si estaba para la firma. Me contestó que no, que él tenía otra hora, pero que si le daba mi libro me lo dedicaba en ese momento. Que estaba libre. Yo le pasé un ejemplar de Barbecho. El autor comenzó a dibujar sobre él muy amablemente. La tarde prometía.
Hay varias ausencias que noté mucho este año en Sabiñánigo, a parte de la de los autores franceses. Esperaba ver por allí a Dani Zar y a Ernesto Navarro. Sin embargo, no andaban por allí. La casualidad quiso que me encontrara con el segundo una semana más tarde. Resulta que yo tenía que regresar a Bilbao de las vacaciones en Girona. El día anterior estuve mirando la ruta y, para mi sorpresa, había que pasar por Huesca. Lugar donde justo ese fin de semana se celebraba un salón del cómic, Huescómic. Además pillaba justo a mitad de camino. Un lugar perfecto para hacer una parada y estirar las piernas. Os juro que no lo tenía planeado. Pacté con mi mujer que me dejara un ratito allí mientras ella se iba de tiendas. Así lo hicimos. Lo que me encontré fue una mesa con sillas preparada para las sesiones de firmas y un pequeño pasillo de stands en una plaza. El primero que me llamó la atención fue el de Pintacoda. Una pequeña editorial aragonesa con un amplio catálogo de libros infantiles, ilustrados y cómic. Allí estaba uno de sus autores, Ernesto Navarro. Le compré el libro Cuentos de Temporada. Podríamos decir que es una especie de segunda parte de Cuentos de Navidad, tomo que me firmó el año pasado. Para el sketch el autor me preguntó qué podía dibujar. Tenía que ser algo de temporada. Francamente, en el momento no se me ocurría nada. Lo más que me venía a la cabeza eran imágenes de vendimia, algo que tenía muy reciente por cuestiones laborales. Pero no llegué a decir nada. Ernesto se respondió solo. La vuelta al cole dado que es justo la época en la que estábamos, principios de septiembre. Y así comenzó a dibujar este fantástico sketch de un niño cargando su mochila. Qué decir...que Ernesto es un autor muy generoso con el aficionado. Muy amable. Si lo veis no lo dudéis y comprarle un libro para que os lo dedique. Disfrutaréis viendo el espectáculo que se desarrolla sobre la pista de papel.
