Y así llegamos a la mañana del Sábado. Un día en el que llegó al Salón mayor cantidad de gente. Sobre todo de Zaragoza. En cualquier caso, resultó una jornada maravillosa. La primera sesión de firmas a la que acudí fue la de Lucile Thibaudier. Solo tenía esa en todo el Salón así que había que aprovecharla. Resulta que estaba ya sentada en el stand antes de su hora. Dibujaba sobre uno de sus cómics. Yo me fui a tomar algo a una cafetería a esperar que llegara el horario anunciado. Para cuando fui al puesto ya tenía a una familia de coleccionistas, habitual en estos saraos, delante. Eran cuatro así que tocaba esperar. Lucile realizó sketches distintos en cada ejemplar. Todos ellos espectaculares. Llegado mi turno, me regaló una dedicatoria de esas que alucinas durante semanas. De hecho todavía lo estoy haciéndolo de lo bonita que es. Muy grande, Lucile.
