Sketch de Semillas, por David Aja

El pasado Jueves se celebró en la Librería Joker de Bilbao la presentación de Semillas. Un cómic que salió hace dos Años, durante el inicio de la pandemia. Ahora que sí se puede, ha comenzado la gira para dar a conocer este trabajo. Yo, sin dudarlo un instante, me pedí libre en el trabajo. Nada debía impedir mi presencia allí. Por la mañana, acudí al local para aprovechar los bonos de la Diputación que comenzaban a repartirse ese día y que se acaban en horas. Conseguí dos. Veinte euritos que me regala la institución foral. En ese momento, se comentó que no había plan de repartir números para el acto. Por la tarde, descanse y, a una hora prudencial, bajé de nuevo a la librería. Nada más llegar me comunicaron que sí se estaban repartiendo números. En ese momento comencé a preocuparme. Me tocó el ocho. No era mala posición aparentemente. La charla fue muy interesante. Se desgranaron numerosos detalles para leer con más conocimiento el cómic. La tenéis colgada en Youtube en la cuenta de la Librería Joker. Tras ella comenzó la sesión de firmas. O debería decir que continuó. Antes del inicio del acto el artista ya había firmado varios cómics reservados y aprovechó también para completar la dedicatoria de los tres primeros de la lista. Como decía, tras la presentación siguió con las dedicatorias. Tenía tres sketches diferentes. El marciano del programa de la tele, los pájaros habladores y el hombre de la máscara. La verdad es que disfruté mucho viéndole dibujar los cómics de quienes me precedían. Sin embargo, cuando entraba el número siete, se acercó Mamen Moreu, maestra de ceremonias, al autor y le comunicó que debía darse prisa. Ya eran las ocho y tenía todavía mucha cola. No me lo podía creer. Mis expectativas explotaron por completo en mi cerebro con esas palabras. Completó el sketch del siete y llegó mi turno. Inmediatamente me dijo que tenía que bajar el nivel para contentar a todos. Y así fue. Ni un minuto tardó en dejar mi cómic rubricado. La verdad es que me llevé una decepción importante. No reprocho nada al autor. Sus razones tenía para ello. Quedaban detrás mío casi treinta personas y era lógico. Lo que me dolió es estar en esa posición de frontera entre los que se llevan un sketch cuidadito (Aja nunca puede ser muy meticuloso ante la avalancha de gente que atrae) y los rápidos. En estos casos casi es mejor estar en la posición  trece o catorce donde ya te imaginas que no vas a conseguir una gran dedicatoria. Una pena. La verdad es que la culpa fue mía por relajarme en casa y no acudir antes. Quizás si no hubiera estado en Joker por la mañana...Bueno, es lo que hay. En cualquier caso, es un sketch sencillo pero bonito. Y le estoy muy agradecido a David Aja. Espero que nadie me entienda mal. No pretendo criticar con estas líneas al autor. Para nada. Solo relato el viaje emocional de un coleccionista cuando está en una de estas colas. Seguro que muchos entendéis de lo que hablo. Eso espero al menos.

Sketch de Iron Fist, por David Aja

Como ya comenté en un anterior post, la cola de David Aja era la más larga con mucho. Sin duda, a nadie le pasa desapercibido que este artista ha ganado ya en varias ocasiones los premios más importantes de la industria a nivel internacional. Cuando el autor la contempló se asustó un poco. Se tuvo que subir a una silla para ver donde terminaba y desde allí gritó a todos los presentes que solo firmaría sobre álbumes dibujados por él. El 99 por ciento de los presentes ya llevaban algún cómic suyo entre las manos. David comenzó a estampar su firma sobre ellos. Lo hace de forma bastante rápida. Sus sketches son sencillos. Un tanto minimalistas; pero a pesar de ello valen mucho la pena. Si recordáis, yo estaba ya grabando a Horacio Altuna dedicándome un libro suyo. Como fui consciente que iba a coincidir con el número que me había tocado para David Aja lo cambié con un compañero por otro número posterior. Pasé de ser el 14 al 15. En un instante, me avisaron desde la cola de Aja que estaba a punto de llegar mi turno. Los nervios se apoderaron de mí y empecé a temblar como una magdalena. Se percibe a la perfección el momento en el vídeo del post anterior. La calidad del mismo baja ostensiblemente. Ja, ja. Poco podía hacer. Como mucho rezar para que David se demorase un poquito con el compañero. Por fin, Horacio estampa su firma sobre mi Voyeur. Rápidamente, con paso ligero, doy un rodeo, y llego frente a David Aja. En tan solo diez segundos llega mi turno. No me lo puedo creer. Lo he conseguido. Le paso mi ejemplar de Iron Fist y me dibuja un fantástico sketch del personaje. La mañana estaba siendo redonda y todavía tenía más objetivos. Por cierto, increíble la exposición que le dedicó el Salón al artista. Allí podíamos contemplar un montón de portadas del autor. Las que le han hecho merecedor de tantos Premios Eisner. Un placer poder verlas y estudiarlas de cerca. Más tarde supimos que David había firmado a todo el mundo. Cerca de 70 personas según me dijeron. Todo un caballero.

Sketch de Lucky, por David Aja

Hace tres semanas se celebró en la Alhóndiga de Bilbao una charla con el multipremiado David Aja. Sin duda la entrevista resultó enormemente interesante. El autor acercó a todos los presentes sus sistemas de trabajo dejando bien claro por que ha sido galardonado en varias ocasiones con un Premio Eisner. Fue una delicia escuchar las explicaciones que nos ofreció a los asistentes respecto a la narrativa de sus páginas. El cuidado y rigurosidad que pone en cada una de sus viñetas es digna de admiración. Antes del inicio del acto estuvo firmando un par de cómics para la Biblioteca Municipal, lugar donde se celebraba el evento. En ese momento me dieron la oportunidad de que le entregara mi cómic para que me lo firmara. Dio la casualidad que llegué algo antes y estaba prácticamente solo con él. Dado que últimamente compro los cómics de superhéroes en digital, básicamente porque ya no me entran en casa, había pasado minutos antes por una tienda para comprar un ejemplar de Hawkeye. Él lo cogió y allí mismo, de pie, se puso a dedicármelo. Decidí no pedirle nada en concreto y dejarle a él la elección. Para mi sorpresa me dibujó al perro Lucky que incluso llega a protagonizar una historia de este volumen. Por cierto, gracias a esta charla me pude quitar una espinita que tenía clavada desde hace tiempo y es que el autor se había pasado hacía unas meses por un comercio especializado de Bilbao y no pude acudir por cuestiones laborales. De hecho intenté llegar pero para cuando lo hice la tienda ya había cerrado. Afortunadamente, en esta ocasión sí que pude cumplir mi deseo.