Llegamos al cuarto día. Una jornada en la que, según la rumorología, los autores se habían puesto de acuerdo para darlo todo. Parecía pues que estábamos ante una jornada clave. Lo cierto es que la mañana fue tan anodina como todas las anteriores. Tan solo tuvo una novedad. Por fin vimos por Avilés a Gary Frank, un invitado desaparecido hasta ese momento. Sí, es cierto que en un momento dado se sentó en un bordillo de la calle y realizó un par de dibujos; pero no pasó de ahí. La cruda realidad es que ya estábamos a Viernes. Un día en el que llegaba a Avilés la segunda avalancha de visitantes y no gozábamos de una importante ventaja con respecto a los recién llegados. Las expectativas eran más bien negras. En un momento dado, vimos paseando con su mujer a Alan Davis. El autor prácticamente no hizo otra cosa en la localidad asturiana. Por cierto, que el último día se puso enfermo y no pudo celebrar su charla. Sí hizo el esfuerzo de firmar algunos cómics a quienes se lo pidieron, algo que es muy de agradecer. La cuestión es que me comentaron que estaba vendiendo originales suyos a precios de risa. Rápidamente me acerqué al lugar donde se había parado y ya tenía alrededor a algunos coleccionistas ojeando su carpeta de páginas. La verdad es que me quedé pasmado. Había piezas fantásticas a precios hiperreducidos. Hay quién llegó a decir que se las quería quitar de encima. Sea como fuere yo logré hacerme con la que cuelgo en el post. Un fabuloso original del Capitán América con Sharon Carter como protagonista. Me encanta. Además tenía muy claro que esto era lo único que iba a sacar de Davis en estas Jornadas. Y así fue.
