A través de una librería se dio la oportunidad de conseguir el último trabajo de Albert Monteys dedicado. Dado que el autor me gusta mucho, lo compré rápidamente. Entre mis compañeros coleccionistas se había extendido el miedo a que utilizara un sello o algo semejante para los sketches. Algo que, lamentablemente, comienza a extenderse. Yo confiaba plenamente en Albert. No le veía dándole al sello, la verdad. Hace unos días, me trajo el paquete el cartero. Lo abrí tranquilo, muy confiado. Tal y como pensaba encontré dentro una dedicatoria que incluía un sketch dibujado al modo tradicional. Genial. No es el mejor dibujo de los que he visto por ahí en otros libros; pero está hecho a mano con todo el cariño y mimo del mundo por parte del dibujante. Algo que siempre, siempre hay que agradecer. Añadiré que de Bizkaia en total cuatro personas creo que hemos pedido el cómic dedicado. Además en distintas librerías. Los cuatro, casualmente, hemos recibido el mismo sketch. Y ya digo que he visto unos cuantos diferentes. Lo único que cambia es que uno lo ha recibido en hoja aparte. Casualidades de la vida.
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