En mi casa tenía guardados desde hace varios años un par de cuadernillos en los que se recopilaban bocetos de Jordi Bayarri. Llevaban por título Parece Simpática y Parece Muy Simpática. Ambos centrados en dibujos de mujeres. Tienen un tamaño muy pequeño y aprovechando que el artista venía a Getxo los llevé conmigo. Me acerqué al stand de Aleta y allí estaba el autor. La verdad, no sabía que esperar sobre su reacción al ver el material que le traje. Afortunadamente, sonrió al verlos como si le hiciera hasta ilusión. Probablemente ya estén agotados y haría tiempo que no veía uno de estos. Muy amable cogió primero el ejemplar de Parece Simpática y me dedicó un sketch del rostro de una chica.
En mi casa tenía guardados desde hace varios años un par de cuadernillos en los que se recopilaban bocetos de Jordi Bayarri. Llevaban por título Parece Simpática y Parece Muy Simpática. Ambos centrados en dibujos de mujeres. Tienen un tamaño muy pequeño y aprovechando que el artista venía a Getxo los llevé conmigo. Me acerqué al stand de Aleta y allí estaba el autor. La verdad, no sabía que esperar sobre su reacción al ver el material que le traje. Afortunadamente, sonrió al verlos como si le hiciera hasta ilusión. Probablemente ya estén agotados y haría tiempo que no veía uno de estos. Muy amable cogió primero el ejemplar de Parece Simpática y me dedicó un sketch del rostro de una chica.
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