Iba terminando el día y yo seguía con mi integral de los Metabarones en la bolsa. Lo que pesaba el condenado. Me acerqué a las charlas de Juan Giménez y Ángel Unzueta a la espera de la sesión de firmas. Estuvieron entretenidas aunque el sonido dejaba algo que desear. Costaba entender lo que decían. A pesar de todo, lo pasamos bien. Tras las mismas, tal y como se habían comprometido, comenzaron las dedicatorias. El problema es que faltaba poco tiempo para que se cerrara la carpa del Salón del Cómic. Yo me coloqué en la cola de Juan pese a no tener ninguna oportunidad. Apenas firmó a tres o cuatro. No había espacio para más. Una vez se guardaron los lápices, los encargados de la cola repartieron número a los que quedábamos para el día siguiente. Me correspondió el quinto lugar. No estaba mal. El problema es que la sesión oficial comenzaba a la una y tenía comida familiar. Si se repetía el ritmo del día anterior tardaría unos cuarenta y cinco minutos. Demasiado tarde. Había que hacer algo. El día siguiente a primera hora Juan firmaba en el stand de Astiberri. Esa sería mi oportunidad. Así llegamos al Sábado. Nada más entrar me dirijo al puesto donde en media hora comienza la sesión de firmas. Ya hay una cola formada. Logro quedar en sexto lugar. En esta ocasión nada se tuerce y consigo mi sketch. Es el perfil de una mujer. Sin duda uno de los más repetidos por Juan Giménez. Es precioso así que me quedo encantado. Ya puedo respirar tranquilo. He conseguido mi mayor objetivo.
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