Tras cerca de tres años sin acudir, Rodney Ramos estuvo esta edición en las Jornadas del cómic de Avilés. El autor neoyorkino demostró una vez más su simpatía haciendo todo tipo de bromas a los invitados; pero también supo ponerse serio cuando la situación lo requería. Por ejemplo, cuando algún dibujante novel le pedía consejo para mejorar. Rodney no dudó en orientarles y ayudarles allí donde pudiera. Yo intercambié algunas palabras con él y me resultó un hombre la mar de agradable. Es un enamorado de Avilés y lo que más le llama la atención curiosamente son los precios de las cervezas que por lo visto en la Gran Manzana son mucho más elevados. Esa mañana de sequía me decidí a solicitarle una commission. Ya no tenía dinero para más así que ese fue mi último encargo. Le pedí en concreto una Silk Spectre de Watchmen. Con la ayuda de mi móvil sacó varias fotografías con diversas imágenes como referencia del personaje e inmediatamente comenzó a dibujar. Ya por la tarde, cuando yo estaba con Enrique Vegas me dijo que había terminado mi dibujo. Me pidió mi nombre para dedicarlo. Yo le dije Gonzalo desde cierta distancia y él entendió Carlo. Tras escribir el nombre equivocado un compañero de terraza se percató del error y se lo comentó al artista. Afortunadamente, se pudo subsanar sin mayores problemas.
analíticas
domingo, 4 de octubre de 2015
Commission de Silk Spectre, por Rodney Ramos
Tras cerca de tres años sin acudir, Rodney Ramos estuvo esta edición en las Jornadas del cómic de Avilés. El autor neoyorkino demostró una vez más su simpatía haciendo todo tipo de bromas a los invitados; pero también supo ponerse serio cuando la situación lo requería. Por ejemplo, cuando algún dibujante novel le pedía consejo para mejorar. Rodney no dudó en orientarles y ayudarles allí donde pudiera. Yo intercambié algunas palabras con él y me resultó un hombre la mar de agradable. Es un enamorado de Avilés y lo que más le llama la atención curiosamente son los precios de las cervezas que por lo visto en la Gran Manzana son mucho más elevados. Esa mañana de sequía me decidí a solicitarle una commission. Ya no tenía dinero para más así que ese fue mi último encargo. Le pedí en concreto una Silk Spectre de Watchmen. Con la ayuda de mi móvil sacó varias fotografías con diversas imágenes como referencia del personaje e inmediatamente comenzó a dibujar. Ya por la tarde, cuando yo estaba con Enrique Vegas me dijo que había terminado mi dibujo. Me pidió mi nombre para dedicarlo. Yo le dije Gonzalo desde cierta distancia y él entendió Carlo. Tras escribir el nombre equivocado un compañero de terraza se percató del error y se lo comentó al artista. Afortunadamente, se pudo subsanar sin mayores problemas.
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