Ayer se celebró en Bilbao la primera presentación de Los Puentes de Moscú en la que coincidían sus tres protagonistas: Alfonso Zapico, Eduardo Madina y Fermín Muguruza. Para mí era un día perfecto aunque me pilló recuperándome de un catarro que me acompaña desde el Lunes. En un principio, opté por renunciar a acudir a tan suculenta cita. Sin embargo, con el paso de las horas la casa se me fue haciendo gigantesca y agobiante y decidí salir rápidamente hacia el Casco Viejo. Para cuando llegué a la Biblioteca de Bidebarrieta el acto estaba terminando. Debo decir que la amplia sala estaba absolutamente llena de oyentes. Un éxito. Yo me quedé de pie en la parte de atrás. Una vez terminada, me acerqué por un lateral y me situé en la cola de la sesión de firmas. Quedé bastante bien situado. No me podía quejar. Quien firmaba sentado frente a la mesa era Alfonso Zapico. Le pasé mi cómic y se autoretrató en un minuto. Debo señalar que mientras aguardaba mi turno me percaté de la amplia presencia de políticos en la sala. Por allí estaban los socialistas Idoia Mendia y Alfonso Gil o el líder de Sortu, Arnaldo Otegi. También Lander Martínez de Elkarrekin Podemos. Tras conseguir la firma de Zapico, oteé el horizonte y encontré a Eduardo Madina en el lado derecho de la sala. Allá que me fui para que me firmara el libro. Luego busqué a Fermín, que curiosamente estaba en el lado contrario. Muy amable me dedicó mi ejemplar. Tocaba volver a casa a seguir recuperándome del catarro. Pero con un estupendo sabor de boca.
