Este fin de semana San Sebastián ha celebrado su primer Salón del Cómic y del Manga que lleva por nombre ComikD. Francamente, mi intención inicial era no ir por razones económicas. Viajar a San Sebastián, incluso desde Bilbao, sale muy caro. Son diez euros de peaje, gasolina, comidas y luego hay que sumar el parking. Si hay una ciudad donde es prácticamente imposible encontrar una plaza de aparcamiento esa es, sin duda, Donosti. Por cierto, el precio de los aparcamientos por allí es carísimo. Todo eso me retraía bastante a la hora de acercarme por allí razón por la que no cogí días libres en el trabajo. Sin embargo, cosas del destino, el curro y el temporal de olas terminaron acercándome a la ciudad tanto el Sábado como el Domingo. Y tuve la gran suerte de al menos el primer día tener bastante tiempo libre entre grabación y grabación para acercarme al Salón. Si a eso añadimos que el centro de operaciones, por llamarlo de alguna manera, lo tuve esos dos días situado en el mismo Kursaal, lugar donde se celebraba el Salón, se daban las condiciones ideales para perderme por los pasillos del certamen. Como ya dije al inicio se trataba del primer ComikD, habrá más. Ya lo han anunciado. La sensación general que tuve el Sábado fue bastante buena. Muchos stands, cosplay, sesiones de firmas, exposiciones y autores invitados. Uno de ellos, además, era el mismísimo José Luis García López, sin duda uno de mis dioses en el mundo del cómic. Todos los tebeos de Superman y Batman que leí en mi infancia estaban dibujados por él y para mí estos superhéroes siempre tendrán la imagen que este autor les imprimió. Hay que felicitar a los organizadores por apuntarse ese grandísimo tanto. Falló Peter Milligan a última hora pero, para mí, ese detalle no quitó puntos al Salón. Sí detecté un defecto importante. En toda la ciudad no encontré ni un solo cartel que anunciara que se estaba celebrando este gran evento. Ni tan siquiera los cubos del Kursaal lo anunciaban de ninguna manera. Tan solo con un vídeo en una pantalla junto a la puerta de acceso. Sin duda, eso es algo que hay que mejorar. Además me consta que hay muchos aficionados que ni tan siquiera se han enterado de que existía el ComikD y, por supuesto, ni se imaginaban que tenían a José Luis García López tan cerca. Una pena. En cualquier caso son cosas que seguro se mejorarán en el futuro. Vamos con mi experiencia. Por la mañana tuve tan solo una hora para acercarme por allí y fui con la sensación de que ese era el tiempo exacto que iba a tener durante todo el fin de semana. Afortunadamente estaba equivocado. En mi mente mi objetivo era exprimir al máximo esos sesenta minutos. Por supuesto, tenía totalmente descartado conseguir algo de mi ídolo García López. No podía perder tiempo en colas. Paseando por el primer pasillo me encontré con la sesión de firmas de Iván Gil. Estaba dibujando un busto de Napoleón espectacular a unos compradores. Iba bastante avanzado y no tenía a nadie más esperando. No lo pensé más y me puse el siguiente. Compré mi ejemplar de La Batalla y aguardé pacientemente. La novela gráfica es espectacular. 186 páginas en las que se narra con todo detalle la Batalla de Essling. Treinta horas de combates y cuarenta mil muertos. Cada viñeta destila dramatismo y épica a partes iguales. Una pasada. Por fin, llegó mi turno. En mi caso, Ivan se decantó por un Napoleón montado a caballo. Un sketch genial. La verdad es que no podía empezar mejor mi estancia en el Salón del Cómic y Manga de San Sebastián.
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lunes, 6 de febrero de 2017
Sketch de Napoleón, por Iván Gil
Este fin de semana San Sebastián ha celebrado su primer Salón del Cómic y del Manga que lleva por nombre ComikD. Francamente, mi intención inicial era no ir por razones económicas. Viajar a San Sebastián, incluso desde Bilbao, sale muy caro. Son diez euros de peaje, gasolina, comidas y luego hay que sumar el parking. Si hay una ciudad donde es prácticamente imposible encontrar una plaza de aparcamiento esa es, sin duda, Donosti. Por cierto, el precio de los aparcamientos por allí es carísimo. Todo eso me retraía bastante a la hora de acercarme por allí razón por la que no cogí días libres en el trabajo. Sin embargo, cosas del destino, el curro y el temporal de olas terminaron acercándome a la ciudad tanto el Sábado como el Domingo. Y tuve la gran suerte de al menos el primer día tener bastante tiempo libre entre grabación y grabación para acercarme al Salón. Si a eso añadimos que el centro de operaciones, por llamarlo de alguna manera, lo tuve esos dos días situado en el mismo Kursaal, lugar donde se celebraba el Salón, se daban las condiciones ideales para perderme por los pasillos del certamen. Como ya dije al inicio se trataba del primer ComikD, habrá más. Ya lo han anunciado. La sensación general que tuve el Sábado fue bastante buena. Muchos stands, cosplay, sesiones de firmas, exposiciones y autores invitados. Uno de ellos, además, era el mismísimo José Luis García López, sin duda uno de mis dioses en el mundo del cómic. Todos los tebeos de Superman y Batman que leí en mi infancia estaban dibujados por él y para mí estos superhéroes siempre tendrán la imagen que este autor les imprimió. Hay que felicitar a los organizadores por apuntarse ese grandísimo tanto. Falló Peter Milligan a última hora pero, para mí, ese detalle no quitó puntos al Salón. Sí detecté un defecto importante. En toda la ciudad no encontré ni un solo cartel que anunciara que se estaba celebrando este gran evento. Ni tan siquiera los cubos del Kursaal lo anunciaban de ninguna manera. Tan solo con un vídeo en una pantalla junto a la puerta de acceso. Sin duda, eso es algo que hay que mejorar. Además me consta que hay muchos aficionados que ni tan siquiera se han enterado de que existía el ComikD y, por supuesto, ni se imaginaban que tenían a José Luis García López tan cerca. Una pena. En cualquier caso son cosas que seguro se mejorarán en el futuro. Vamos con mi experiencia. Por la mañana tuve tan solo una hora para acercarme por allí y fui con la sensación de que ese era el tiempo exacto que iba a tener durante todo el fin de semana. Afortunadamente estaba equivocado. En mi mente mi objetivo era exprimir al máximo esos sesenta minutos. Por supuesto, tenía totalmente descartado conseguir algo de mi ídolo García López. No podía perder tiempo en colas. Paseando por el primer pasillo me encontré con la sesión de firmas de Iván Gil. Estaba dibujando un busto de Napoleón espectacular a unos compradores. Iba bastante avanzado y no tenía a nadie más esperando. No lo pensé más y me puse el siguiente. Compré mi ejemplar de La Batalla y aguardé pacientemente. La novela gráfica es espectacular. 186 páginas en las que se narra con todo detalle la Batalla de Essling. Treinta horas de combates y cuarenta mil muertos. Cada viñeta destila dramatismo y épica a partes iguales. Una pasada. Por fin, llegó mi turno. En mi caso, Ivan se decantó por un Napoleón montado a caballo. Un sketch genial. La verdad es que no podía empezar mejor mi estancia en el Salón del Cómic y Manga de San Sebastián.
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