Hace un par de Semanas se celebró en la Librería Joker de Bilbao la presentación de Lo Que La Noche Sabe, último trabajo de Iñaki Echeverría. Aunque ese día trabajaba, afortunadamente, pude acercarme al evento a última hora. Durante la sesión de firmas. Francamente, no tenía un gran interés en acudir; pero surgió una oportunidad muy clara. En especial me frenaba el hecho de que no conocía al autor y que fuera vasco. Eso último me hacía pensar que ya tendría mejores oportunidades para encontrármelo. Sin embargo, nada más llegar al local me di cuenta de que estaba muy equivocado. Para cuando llegué solo quedaba una persona esperando y se trataba de algún conocido del artista. Por esa razón me dejó pasar por delante. Cuando entregué el cómic a Iñaki descubrí que de vasco nada. Su acento argentino le delataba totalmente. Con su rotulador comenzó a dibujar un sketch en apenas unos segundos. En menos de un minuto ya lo había terminado. Una pena que no se esforzara un poco más. Ja, ja, ja. Pocas veces uno se encuentra en una situación en la que prácticamente no hay nadie en la sesión y el dibujante se pueden volcar algo más en tu dedicatoria. No fue el caso. Sea como fuere, salí satisfecho de la tienda. Lamentablemente no pude sacar foto dado que fue llegar y besar el santo. Al menos queda el vídeo.
Hace un par de Semanas se celebró en la Librería Joker de Bilbao la presentación de Lo Que La Noche Sabe, último trabajo de Iñaki Echeverría. Aunque ese día trabajaba, afortunadamente, pude acercarme al evento a última hora. Durante la sesión de firmas. Francamente, no tenía un gran interés en acudir; pero surgió una oportunidad muy clara. En especial me frenaba el hecho de que no conocía al autor y que fuera vasco. Eso último me hacía pensar que ya tendría mejores oportunidades para encontrármelo. Sin embargo, nada más llegar al local me di cuenta de que estaba muy equivocado. Para cuando llegué solo quedaba una persona esperando y se trataba de algún conocido del artista. Por esa razón me dejó pasar por delante. Cuando entregué el cómic a Iñaki descubrí que de vasco nada. Su acento argentino le delataba totalmente. Con su rotulador comenzó a dibujar un sketch en apenas unos segundos. En menos de un minuto ya lo había terminado. Una pena que no se esforzara un poco más. Ja, ja, ja. Pocas veces uno se encuentra en una situación en la que prácticamente no hay nadie en la sesión y el dibujante se pueden volcar algo más en tu dedicatoria. No fue el caso. Sea como fuere, salí satisfecho de la tienda. Lamentablemente no pude sacar foto dado que fue llegar y besar el santo. Al menos queda el vídeo.