Para la charla, Pi Ortiz había preparado algunos regalos sorpresa. Un par de libros con sketches y alguna que otra chapita. Su idea era sortearlo entre los presentes en la presentación de Peluqueras. Sin embargo, el maestro de ceremonias, Kike Infame, decidió cambiar esas normas e ir entregándolas a quienes hicieran una pregunta a la autora. La verdad es que no soy muy de interactuar con el autor; pero sí me había estado rondando en la cabeza desde el comienzo el handicap que puede suponer trabajar con las manos en la peluquería para luego hacer lo que te gusta, dibujar. Así que por una vez levanté la mano y le hice la pregunta. Pi me confesó que sí era cierto que era un problema pero que era aún peor el olor de los amoniacos que utilizan en las peluquerías. Eso sí que la dejaba sin ganas de ponerse a hacer otras cosas. Tras contestar mi pregunta se me entregó un sobre con el mini-cómic Mi Gorro Ruso y una hoja suelta con este sketch del mismo. Un gato a modo de peinado. Muchas gracias.
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