Confieso que yo pensaba que para mí ya había terminado el día en el Salón del Cómic de Getxo. Sin embargo, estaba muy equivocado. me deparaba todavía un par de agradables sorpresas. Tras lograr mi sufrido sketch de Marcos Martín, conseguido tras aguantar dos largas colas de dos sesiones de firmas, me dirigí a la Kultur Etxea de Romo. Sabía que allí estaba David Rubín. Fui con pocas expectativas. Para entonces su sesión de firmas ya estaría prácticamente terminada. Cuando llegué a la sala me lo encontré en plena faena con un par de personas esperando. De hecho estaba completando un sketch del Caballero Luna increíble. Al principio cuesta verlo. Parece más un manchurrón pero al fijarte bien empiezas a descubrir la capucha y máscara del desequilibrado personaje. Pregunté si podía colocarme en la cola y desde la organización tras meditarlo un poco decidieron dejarme pasar. No solo a mí. También a otro chico que iba detrás. De hecho fuimos los dos últimos. Comprobé que David estaba para esa hora algo desatado. Completando los sketches con enorme rapidez. Aunque incluso así sus dedicatorias suelen valer mucho la pena. Tras esperar muy poquito le entregué mi ejemplar de Sherlock Frankenstein. En cuestión de treinta segundos el artista había completado mi dedicatoria con la imagen del villano protagonista. Tanto es así que el propio David me comentó al devolverme el cómic que no haría falta que lo pusiera a cámara rápida. Razón no le falta. A pesar de ello, el sketch está muy bien. Refleja toda la esencia y energía que pone el autor gallego en cada sesión de firmas. Algo que se agradece.
analíticas
martes, 13 de noviembre de 2018
Sketch de Sherlock Frankenstein, por David Rubín
Confieso que yo pensaba que para mí ya había terminado el día en el Salón del Cómic de Getxo. Sin embargo, estaba muy equivocado. me deparaba todavía un par de agradables sorpresas. Tras lograr mi sufrido sketch de Marcos Martín, conseguido tras aguantar dos largas colas de dos sesiones de firmas, me dirigí a la Kultur Etxea de Romo. Sabía que allí estaba David Rubín. Fui con pocas expectativas. Para entonces su sesión de firmas ya estaría prácticamente terminada. Cuando llegué a la sala me lo encontré en plena faena con un par de personas esperando. De hecho estaba completando un sketch del Caballero Luna increíble. Al principio cuesta verlo. Parece más un manchurrón pero al fijarte bien empiezas a descubrir la capucha y máscara del desequilibrado personaje. Pregunté si podía colocarme en la cola y desde la organización tras meditarlo un poco decidieron dejarme pasar. No solo a mí. También a otro chico que iba detrás. De hecho fuimos los dos últimos. Comprobé que David estaba para esa hora algo desatado. Completando los sketches con enorme rapidez. Aunque incluso así sus dedicatorias suelen valer mucho la pena. Tras esperar muy poquito le entregué mi ejemplar de Sherlock Frankenstein. En cuestión de treinta segundos el artista había completado mi dedicatoria con la imagen del villano protagonista. Tanto es así que el propio David me comentó al devolverme el cómic que no haría falta que lo pusiera a cámara rápida. Razón no le falta. A pesar de ello, el sketch está muy bien. Refleja toda la esencia y energía que pone el autor gallego en cada sesión de firmas. Algo que se agradece.
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