Aquel día y el siguiente David López los iba a dedicar exclusivamente a las commissions. Yo ya me había apuntado en la lista la jornada anterior y mi turno llegaría a última hora de ese primer día de encargos. Así que solo me quedaba aguardar pacientemente. Sin embargo, en esta ocasión, David trajo consigo un portaláminas repleto de originales. Inmediatamente me acerqué para verlos. Había decenas de ellos y la mayoría de gran calidad. Su precio además era asumible. Así que me puse a mirarlas con intención de llevarme una a mi casa. Serían las once de la mañana pasadas. Tras echar un ojo me decidí por esta. La saqué de la carpeta y le dije que se la compraba. Me contestó que no. Que la volviera a colocar en su sitio, que primero las tenía que ver no sé quién por si la quería él. Me quedé un poco a cuadros pero hice lo que me dijo. Tocaba aguardar a que bajara el mismísimo Dios y diera su permiso a David. Por la tarde, ya fui preparado con una carpeta grande para llevarme mi original. Si no era este sería otro que por algo el portafolios de David estaba lleno de buenas páginas. Mientras Steve Pugh e Iban Coello me completaban sus páginas y, antes de recoger mi Psylocke (Se me ha colado en el post anterior) David dibujaba sus commissions con mimo. Como es lógico, cada una de ellas, le llevaba su tiempo. Una vez quedé liberado de Coello me acerqué a él y le pregunté si ya podía comprar la página. Él me dijo que sí y me puse a buscar la que había escogido. Afortunadamente seguía allí y eso que ya muchos de los demás originales ya tenían sobre ellos una pegatina con el nombre de su comprador. Tuve suerte dado que dudo mucho que David se acordara de mí a la hora de reservármela. Creo que la elección fue muy acertada.
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