Cuando me dirigí al stand de Jordi Bayarri pasé por el puesto dedicado a los fanzines. Allí estaba en ese momento Kike Infame. Uno de los creadores de Leire Riscal. De sus cómics tengo ya varios números. En concreto, el clásico Morirse en Bilbao y Morirse en la Blanca. Por supuesto, el personaje tenía que pasar por los Sanfermines. Por supuesto, lo compré y Kike Infame me lo firmó con un bolígrafo bic. Dado que el cómic no tiene ninguna hoja en blanco me realizó el sketch en una de texto. Lástima que no llevara encima un rotulador para que destacara un pelín más el sketch. Esos detalles en un Salón del Cómic...Para el próximo día, rotulador. Aún así está chulo.
Bueno..antes de nada. Ya estamos a 26 de Octubre. ¿Como van esos inktobers? Yo me he activado prácticamente a mediados de Mes y ya he conseguido todos los objetivos que me había propuesto. Y alguno más. En su mayoría son inktobers de 50 euros más envío como máximo, salvo dos que se han escapado de precio. Uno por poco y otro por mucho. Creo que hace ya un par de Años que este movimiento se ha desvirtuado algo convirtiéndose en una mera oportunidad de hacerse con commissions. A precios a veces tan desorbitados como en cualquier otra época del Año. Creo que ese no era el concepto inicial del inktober. Era una especie de juego. El artista hacía dibujos que le apetecían y los sacaba a la venta por una cantidad de dinero asequible. Para mi 50 euros es el límite. A partir de ahí, creo que se pierde algo el espíritu de esta iniciativa. Pero, bueno...es una opinión. Que yo también he comprado con precios más altos. Uno de cien euros, por ejemplo, aunque es un A3. Pero que me pierdo...vamos con el Salón del Cómic de Getxo. Seguimos en el Viernes por la mañana. Allí estaba Kalitos al que le había comprado un ejemplar de La Guerra que dan las Galaxias y le añadí un cómic más. Su novedad de estos últimos meses, SuperGómez y los Aveeeers. Una parodia de SuperLópez y los Avengers. El autor me preguntó qué personaje quería para el sketch. Yo le dije que Iron Man. Me consultó si lo quería con las manos hacia arriba, volando, o con las manos hacia abajo. O algo parecido a eso...que no recuerdo bien... Yo le dije que quería la versión que le costara más tiempo hacerme. El autor lo entendió perfectamente, dicho esto con sorna, y comenzó a dibujar. En un minuto me dibujó a este Iron Man. Tardó un segundo más que el anterior sketch así que ciertamente le costó un poco más. Un máquina este Kalitos. Culminados mis objetivos de la Asociación Malavida, me bajé de la montaña rusa y pensé que era momento de acercarme de nuevo al stand de Jordi Bayarri.
Tenía intención de comprar un cómic a Jordi Bayarri; pero el autor me comentó que le diera cinco minutos. Que tenía que salir del stand a hacer un recado. Por supuesto, le di ese tiempo. Así que continué con esa primera exploración de los puestos del Salón del Cómic de Getxo. Debo decir que estaba muy bien la distribución. Había muchas casetas y todas ellas estaban en la Plaza de la Estación. Un lugar muy céntrico y de paso lo que suponía muchísima gente curioseando en torno a ellas. Además, como no llovió todo fue como la seda. Si acaso hizo un agobiante sol que machacó a coleccionistas y a quienes estaban dentro de los stands. En alguno compraron ventiladores dado que era insoportable el calor. Cosas del cambio climático. La cuestión es que llegué al puesto de la Asociación Malavida. El Año anterior no estuvieron por Getxo y les eché en falta. Allí reconocí a Xcar y a Kalitos. Como siempre, el segundo estaba fuera del stand con una cerveza en la mano. Él era mi objetivo. Quería comprarle dos cómics. Primero cogí un ejemplar de La Guerra que dan las Galaxias. Pregunté cual era el segundo número de la colección y todos me señalaron al Mogollón de los Clones. Así que cogí el cómic y se lo pasé a su autor. Como siempre, la firma con Kalitos es una montaña rusa sin protección. Este hombre es un terremoto. Un torrente de energía que durante unos segundos te rodea y que te regala unos sketches muy rápidos. Esperemos que Kalitos no sea así en todos los ámbitos de la vida. Ja, ja, ja. Es broma. Es muy divertido. Por algo repito.
Si recordáis, comenté en uno de los posts del Salón Hispanofrancés de Jaca que había realizado un encargo a Jordi Bayarri. En concreto, le ofrecí tres o cuatro blank covers para que escogiera una. Entre las que le pasé cogió una de Red Sonja. Quedamos en que me la trajera dibujada a Getxo. Volviendo a este certamen, una vez salí del stand de Amaníaco Ediciones donde estaba Joan Mundet me crucé con Jordi Bayarri que se dirigía a alguna parte. Al vernos nos paramos y me comentó que tenía la Blank Cover en su stand de El Anillo de Sirio. Así que cambió de rumbo y se dirigió para allá. Cuando me la dio no me llevé ninguna sorpresa dado que en todo momento me había enviado por redes la evolución de la misma para comprobar que estaba contento. Como para no estarlo. El resultado es increíble. Yo creo que es una de las Blanks Cover más chulas que tengo. Digo que no me llevé sorpresa; pero verla en vivo es aún más espectacular que a través de la pantalla. Una pasada. Más que satisfecho con el encargo. Tremendo. Os cuelgo las imágenes del proceso que me envió Jordi. Se puede apreciar el cambio de la espada que inicialmente portaba Red Sonja por un hacha. Muy acertado debo decir. Consigue un efecto mucho más espectacular. Le van a llover las blanks a Jordi a partir de este momento. Je, je, je.
Desde el inicio le pasé a Joan Mundet dos cómics. Acababa de iniciarse el Salón del Cómic de Getxo y era el primero en situarme frente al artista. Para cuando terminó el primer sketch, creo recordar, que ya se había acercado otra persona más. Pero Joan levantó mi segundo libro y comenzó a firmarlo. Se trataba de un ejemplar de Cielo de Acero. Este cómic es más gordo y caro. De ahí que el autor sacara su lápiz de tres colores para dar el toque final al sketch. La verdad es que queda muy muy chulo. No me sorprendió porque justo en Jaca le vi utilizar este mismo lápiz a Marko. Sin duda, curioso y resultón. El sketch es fantástico. Hacía un sol terrorífico.
Y toca posar nuestra mirada en el último Salón del Cómic de Getxo. Un certamen que fue todo un éxito; pero que sigue adoleciendo del mismo problema de los últimos Años. La prácticamente ausencia de autores internacionales. Que este Año fue total. Cero. De hecho, desde la pandemia, llevamos tres ediciones y tan solo se ha pasado por allí Emilé Bravo. Se trata pues de un problema que se está enquistando y al que se le debería buscar una solución. Quizás, volver a contar con Raúl Sastre en esas tareas sería una buena idea. Desde el Salón en el que trajeron a Chris Claremont, Getxo ha ido cuesta abajo y sin frenos en ese sentido. En el resto va como un tiro. Es un Salón del Cómic que se centra en el cómic y no se pierde en mandangas paralelas. Algo a lo que se están acostumbrando en exceso en otros lugares. Y la ausencia de nombres internacionales afortunadamente se cubre con un buen nivel de autores nacionales. Por tanto, sigue contando, pese a su gran defecto, con un gran atractivo. Al menos para los locales. Dado que no logra atraer en una proporción destacable de gente de fuera. Algo que sí ocurría antes. Pero, bueno...eso es positivo para los locales. Menos agobios y más posibilidades. Así que, como decía, se puede disfrutar a tope. Que es lo que he hecho. Pero empecemos desde el principio. Como siempre, las mañanas del Viernes están vírgenes de sesiones de firmas y charlas. Es el mejor momento para pasearse tranquilo por los stands y descubrir los cómics que más nos puedan interesar. Afortunadamente, hay autores fijos en algunos puestos con lo que no está libre de firmas. Ese fue mi objetivo principal. Hacerme con las rúbricas de estos para aliviar el peso de cara a la tarde. Antes, un pequeño inciso. Cuando estuve en Pamplona, se celebraba allí una Feria del Libro. Allí encontré un cómic titulado Gari Folch firmado por Joan Mundet. Yo sabía que este era uno de los artistas que venía a Getxo así que lo compré a muy buen precio. Ese fue el primer cómic que saqué de mi bolsa en el Salón. Me acerqué al stand donde se encontraba el autor y se lo pasé. Él se quedó un momento mirándolo. Parece que le sorprendió. Y me señaló a una colección de cómics que tenía delante. Uno de los tres era precisamente Gari Folch. Yo no acababa de entender...Me dio la sensación que me estaba pidiendo que comprara otro de la colección. Entonces me habló y se explicó todo. Me comentó que el cómic que le llevaba era de una edición anterior bastante chapucera en la que que habían "olvidado" varias páginas, como siete o así. Yo me quedé alucinado. Pero entonces ¿no se entiende la historia?, le pregunté. Sí, sí que se entiende, me contestó. El problema es que se cargaron sin contar conmigo una historia secundaria del tebeo. De pronto, se levantó de la silla y cogió uno de los ejemplares de la nueva edición. Vamos a hacer una cosa, comentó Joan, te regalo este para que los puedas comparar y te lo firmo. El autor muy amablemente cogió uno de los cómics y comenzó a firmármelo con este fantástico sketch. El Salón había comenzado de un modo bastante extraño pero muy positivo.
Posteriormente le pasé a Javier Olivares mi ejemplar de La Guerra de los Mundos. Un libro que la Semana anterior me había firmado su guionista, Santiago García. El autor lo recogió y me dibujó este estupendo sketch. La verdad es que es una suerte que Ja! Bilbao suela tener un pequeño apartado para el cómic. Se agradece mucho.
