Cuando aporté dinero en el crowdfunding del número cuatro de Space Captain elegí la opción del retrato caracterizado como cadete espacial. Esa opción solo estaba disponible comprando los cuatro números de la colección. En realidad yo tenía ya los tres anteriores. Por esa razón, me puse en contacto con Chris Baldie para que me mandara alguna otra cosa diferente, por supuesto siempre que fuera posible. El autor me ofreció cambiarlo por su primer número del cómic Never Ever After. Yo accedí encantado y le pedí que si no le importaba me lo enviara con un sketch. Cuando llegó el paquete a casa lo abrí con los nervios de no saber si se habrían cumplido todos mis deseos. Afortunadamente, fue así. La grapa de Never Ever After tenía un pequeño dibujo del protagonista de la aventura. Además incluía varios pines y un parche con la imagen de Space Captain, el número cuatro y el primer número de la serie, que lo tengo repetido. En definitiva, todo genial.
Chris Baldie inició hace unos meses una nueva campaña de su serie Space Captain. Ya va por el número cuatro. Entre las recompensas había una que junto a toda la colección daba la posibilidad de conseguir un retrato digital vestido de cadete espacial. Yo me lancé a por esa. Me parecía muy divertido ver que versión mía salía de los lápices de este artista británico. Para ello envíe a Chris tres fotografías. Tanto de frente como de perfil para que el autor se hiciera una idea de mi cara. Tras varios meses lógicos de espera me llegó un correo del dibujante que incluía un archivo con esta imagen. Cual fue mi sorpresa cuando descubrí que me había retratado como un hombre de color. De aspecto diría yo que hispano. Me atrevería a decir cubano. En el mail, Chris me pedía consejo. A ver si lo veía correcto o tenía que cambiar algo. La verdad es que no supe muy bien qué decir. Sin duda, la tentación era aclararme un poco la piel. Lo hablé con mi mujer y decidimos dejarlo como está. Al fin y al cabo esa es la imagen de mi persona con la que se ha quedado Chris tras ver tres fotos mías. Además cuando uno empieza a cambiar las cosas termina empeorando el original. Mejor no tocar y verlo como una graciosa anécdota. En cualquier caso, estoy contento con el encargo.
Al final tuve un pequeño hueco la semana pasada para acercarme a la presentación en Bilbao del segundo tomo de La Balada del Norte. Realmente me perdí la charla; pero llegué a la Librería Joker justo a la sesión de firmas. Me sorprendió la larga cola que aguardaba para llevarse la novela gráfica de Alfonso Zapico dedicada. Teniendo en cuenta que es un ganador del Premio Nacional del Cómic tampoco era de extrañar. La espera iba a ser larga. Si a ello añadimos, una vez más, que había gente que entregaba al autor dos o hasta tres ejemplares para que se los firmara, la cosa se ponía aún peor. Francamente no puedo entender ese ansía. Soy de la opinión de que a este tipo de actos hay que llevar un solo tomo. Puede ser del cómic presentado u otro del artista; pero solo uno. Creo que lo contrario es aprovecharse en exceso del mismo. En cualquier caso, si Alfonso o el autor que sea está dispuesto a firmarlos, lo correcto es volver a ponerse a la cola por segunda o tercera vez en función del número de tomos que llevemos. Sea como fuere, repito que no me parece bien. Puedo entenderlo en una sesión de firmas floja. A la que solo acudan tres o cuatro personas. Pero en otra en la que la cola puede alargarse más allá de una hora no está bien. Creo que sería bueno colocar un cartel en estos eventos especificando una serie de normas para que nadie tenga que pasar por un momento incómodo. Sería ponerle las cosas más fáciles al autor. Expresada mi opinión al respecto, regreso con Alfonso. En esta ocasión había traído acuarelas para completar sus sketches. Es la primera vez que le veo utilizarlas. Sobre todo contemplé que dibujaba sketches de mineros. Dado que ya tenía uno en el primer tomo, cuando llegó mi turno, le pregunté si me podía dibujar a Isolina. Alfonso accedió. Ya le había visto dibujar un par de ellas. Como siempre un placer contemplar su estilo. Salí de la Librería Joker más contento que una perdiz. La espera, alargada por algunos, había valido la pena.
Víctor Santos es, sin duda alguna, un autor tremendamente prolífico. No solo acaba de publicar el tercer tomo de Polar. También ha sacado un cómic de Infinity, el universo del juego de miniaturas. Su título es Outrage y en este caso lo firma como guionista. El dibujante es Kenny Ruiz. Aprovechando la ocasión volví a acercarme a la Librería Zinco de Bilbao. Allí compré el cómic y lo dejé para que me lo pudiera dedicar el autor. Le indiqué al dependiente que le comentara a Víctor que no se preocupase en dejar un hueco a Kenny por si tenía la oportunidad de que me lo dedicara algún día. En los años que llevo como coleccionista, por la razón que sea, jamás me he encontrado frente a frente con ese autor. Desconozco si el mensaje llegó al artista. Lo cierto es que, tal y como quería, me ha realizado un fantástico sketch a toda página. Una vez más, muchas gracias Víctor.
Justo antes de Semana Santa pasé por la Librería Zinco de Bilbao. Es el establecimiento donde puedes dejar tu cómic para que te lo firme el gran Víctor Santos. En esta ocasión, tardó unos días más de lo normal, aunque yo no tenía prisa alguna y esperé pacientemente sin ningún tipo de inquietud. De hecho el artista estaba en plena promoción de uno de sus últimos trabajos, el tercer número de Polar el titulado, Sin Piedad para la Hermana María. Precisamente, esa fue mi compra. Esta semana se pusieron en contacto conmigo desde el comercio para que fuera a recoger mi cómic. Lo hice ayer mismo. En su interior encontré este fantástico sketch de Marcus, uno de los personajes del cómic. Perfecto. Muchas gracias, Víctor.
Conozco el trabajo de Laura Pérez desde que publicó su Náufragos. Su estilo de dibujo limpio y personal llamó mi atención desde un inicio. La semana pasada descubrí que la artista tenía una tienda en la web. La verdad es que me extrañé de no haberme percatado de ello antes. En ella vendía dos originales. Se trataban de dos pruebas de dibujo con tinta india realizadas por la autora sobre el mes de Enero. En poco tiempo me decidí a comprar una de ellas. Me costó bastante más elegir cual de las dos. Ambas me encantaban. Finalmente me decanté por esta, que tenía por titulo Waiting. El Sábado bajé a recogerla a mi oficina de Correos y debo decir que es magnífica. Una ilustración preciosa. Me encanta el trazo suave y certero de esta artista. Un fantástica compra. Estoy muy satisfecho.
El artbook de David Baldeón, sin duda alguna, ha sido uno de los que más ganas tenía de que llegara a mis manos. Como suele pasar en esos casos, también es de los que más se ha retrasado, aunque la espera ha valido la pena. La semana pasada llegó por fin a mi oficina de Correos. En su interior incluía este fabuloso original de Batman. Un personaje del que curiosamente prácticamente no tenía ningún dibujo. Ya era hora de que me hiciera con alguno. Solo tengo dos dibujados ambos por David Rubín. Ja, ja. Un clásico. Aunque yo veo a Baldeón dibujando series con mucha luz y color más que al Caballero Oscuro. En DC me pega mucho más en un Superman más que un Batman. Igual que en Marvel es ideal para Spider-man. Aunque, todo hay que decirlo, cualquier trabajo que sale de sus lápices tiene un sello de calidad incuestionable. Basta echar una ojeada a este artbook para comprobarlo. Uno alucina con las maravillas que es capaz de hacer este artista. Mira que me está apeteciendo mucho verle en Batman.
Cuando aporté dinero en el crowdfunding del número cuatro de Space Captain elegí la opción del retrato caracterizado como cadete espacial. Esa opción solo estaba disponible comprando los cuatro números de la colección. En realidad yo tenía ya los tres anteriores. Por esa razón, me puse en contacto con Chris Baldie para que me mandara alguna otra cosa diferente, por supuesto siempre que fuera posible. El autor me ofreció cambiarlo por su primer número del cómic Never Ever After. Yo accedí encantado y le pedí que si no le importaba me lo enviara con un sketch. Cuando llegó el paquete a casa lo abrí con los nervios de no saber si se habrían cumplido todos mis deseos. Afortunadamente, fue así. La grapa de Never Ever After tenía un pequeño dibujo del protagonista de la aventura. Además incluía varios pines y un parche con la imagen de Space Captain, el número cuatro y el primer número de la serie, que lo tengo repetido. En definitiva, todo genial.
