Rápidamente, me coloqué en la cola de Emma Ríos. Por lo que ví mientras esperaba, la artista realizaba un sketch sencillo en la novela gráfica y luego sobre una hoja dibujaba una ilustración de mayor calidad con acuarela. No había problema, yo llevaba un cuaderno. Lo cierto es que era el último de todos. Tanto es así que para cuando llegó mi turno ya estaban anunciando el cierre del Salón por los altavoces. Quedaban, calculo yo, unos dos minutos para el cierre. Desde el stand, alguno gritaba aquello de "dos minutos y manos arriba", al más puro estilo de los concursos de cocina. Yo llevaba cogidos el cómic y el cuaderno para pasárselos a Emma. Cuando estaba ya frente a ella, la artista me dijo que le diera solo el cómic que no había tiempo para más. Yo accedí gustoso. Al menos me lo llevaba firmado. Ella lo cogió y empezó a dibujar el sketch que tenéis encima. Sin embargo, se arrepintió y me dijo que me haría algo más. Yo no podía creer mi suerte. Ah, por cierto, Emma dejó firmados algunos cómics para la tienda Joker de Bilbao. De hecho estuve ayer por allí y siguen teniendo unos pocos a la venta. Así que si te quieres llevar esta magnífica novela gráfica con un sketch de Emma todavía estás a tiempo.
Nada más ver la portada de este proyecto en una página de mecenazgo se despertó un enorme interés en mí. Sin duda, ese personaje con esos mostachos y esa pinta de principios del siglo pasado vestido de astronauta logró captar del todo mi atención. Además los precios que pedía su autor, Chris Baldie, me parecieron razonables. Así pues, aunque no le conocía de nada, decidí aportar dinero a su cómic. Cuando llegó la semana pasada quedé encantado con el trabajo de Chris. Además como sacó más dinero del que tenía previsto ha llegado con unos cuantos extras. La ilustración es muy simpática y está más coloreada de lo que esperaba. A veces, no todas, apostar por un autor desconocido, al menos para mí, sale bien y este es el caso.
